La de ayer no fue la etapa de Joan Barreda, sin duda. Además de perder cualquier opción a ganar su primer Dakar de nuevo en el mismo sitio que le arrebató sus opciones de conseguir la victoria en 2015, Uyuni. Sin embargo, la rotura del motor que le obligó a ser remolcado durante cientos de kilómetros por su mochilero de HRC, Paolo Ceci, no fue la peor de las noticias. El castellonense se caía y se lesionaba su muñeca izquierda mientras era arrastrado por Ceci, algo que le ha obligado a abandonar definitivamente.
Barreda, que en principio se podría quedar en carrera actuando como mochilero de Paulo Gonçalves, nuevo líder de Honda, o sumando victorias de etapa a su palmarés en el Dakar, ve así como tiene que retirarse de la prueba, sin ni tan siquiera llegar a completar la primera semana de carrera. A pesar de que la preparación de la presente edición no había sido la mejor, con pocos kilómetros sobre la moto tal y como reconocía el propio Joan, ‘Bang Bang’ ha sido considerado como uno de los grandes favoritos desde el inicio de la carrera.
El siempre espectacular piloto de HRC ve así como se le escapa una nueva oportunidad de éxito. En esta ocasión por una cuestión mecánica, al igual que en 2015, cuando el agua salada provocada por las lluvias al paso de la carrera por el Salar de Uyuni se comió la mecánica de su moto. Anteriormente fueron errores propios en forma de caídas los que le apartaron de una posible lucha con los dominadores de la última década en el Dakar, Marc Coma y Cyril Despres.
El abandono de Barreda se suma a las bajas que se han producido durante las dos últimas etapas entre los principales candidatos a la victoria en dos ruedas. A la fractura de muñeca ayer de Rubén Faria tras una caída se han sumado hoy los abandonos del también piloto de Honda Javier Pizzolito (ayer se cayó y se golpeó la cabeza, rajando su casco y perdiendo la consciencia) y del de KTM, Matthias Walkner, que se rompía el fémur al comienzo de la etapa de hoy.