A pesar de que durante estos casi 40 años de historia del Dakar hemos podido ver a ex-pilotos del WRC triunfar en el Rally Raid más exigente y mágico del planeta, lo cierto es que no siempre que un piloto ha cambiado el Mundial por esta creación de Thierry Sabine ha salido victorioso. Los casos de Ari Vatanen, Juha Kankkunen, Carlos Sainz, Nasser Al-Attiyah y Bruno Saby no dejan de ser excepciones que confirman la regla. Es por ello que vamos a hacer un repaso a aquellos pilotos de rallyes de fama mundial que no tuvieron suerte en el Dakar.
El primero de ellos se trata de Jean Ragnotti, el cual acepto el reto de formar parte del equipo Volkswagen. Los de Wolfsburgo fueron al Dakar de 1980 (el segundo de la historia) con un batallón de Iltis, un 4×4 del que los alemanes querían potenciar su promoción. Hasta cuatro unidades eran puestas en carrera, con las modificaciones lógicas como la de aumentar la potencia de los 75 CV de serie hasta los 110 o adjuntar un depósito de gasolina de 90 litros al de 85, además de la jaula de seguridad pertinente.
Sus grandes rivales fueron los hermanos Marreau y el famoso Renault 4, pero aun así, el equipo oficial aplastó a los galos con seis victorias de etapa, dos de ellas para Ragnotti y la victoria de la general para Freddy Kottulinsky. Jean, conocido por todos por su espectacular forma de pilotar coches tan carismáticos como el Renault 5 Maxi Turbo, sólo pudo ser cuarto, mientras que en su segunda participación, en 1985, no pudo mejorar dicho resultado, no pasando de la 19ª plaza con un Range Rover.
Colin McRae es otro de los grandes nombres del WRC que disputaron el Dakar. El escoces volador recogió el guante de Nissan y disputó las ediciones de 2004 y 2005, consiguiendo en cada una de ellas dos victorias de etapa. Su mejor resultado fue el vigésimo de la primera participación, mientras que en la segunda, un durísimo accidente lo dejaba fuera a la sexta etapa a sólo 80 kilómetros de la meta de ese día.
Una lástima los problemas de juventud de aquel espectacular Nissan V8, algo que les llevó a no tener prácticamente opción contra estructuras más potentes como Mitsubishi o los recién llegados Volkswagen Race Touareg. El hermano de Colin, Alister (con menos éxitos internacionales), también compitió en dos ocasiones en el Dakar, en la de 2012 lo hizo homenajeando a su hermano, con el vehículo diseñado por el Campeón del Mundo del WRC para rallyes y raids. Obviamente no optó a la victoria final.
Kenneth Eriksson casi consiguió más victorias de etapa en el Dakar que rallyes en el WRC. El piloto sueco, conocido por su eficiente pilotaje en pruebas de nieve, sumó cinco victorias de etapa en su única participación en el Dakar, en 1991 con el Mitsubishi Pajero Proto del equipo oficial. Su resultado fue bueno, cuarto, pero no volvería a intentar el reto de tratar de conseguir el triunfo del rally-raid más duro del planeta.
Massimo Biasion es otro de los que ha repetido e insistido en la carrera organizada por la ASO. En este caso, lo curioso es que el italiano, bicampeón del Mundo de Rallyes, dedicó gran parte de su paso por los rally-raids a la categoría de camiones. Aunque lo cierto es que comenzó compitiendo con un Mitsubishi oficial, pronto descubrió que no tenía opciones de victoria en ella. En 2003 y 2004 no consiguió ninguna victoria de etapa a pesar de que ambas ediciones estuvieron claramente dominadas por los pilotos de la firma de los tres diamantes. Su mejor resultado sería el 15º de 2003, participando cuatro años después dentro del singular proyecto PanDakar que lamentablemente también acabó con abandono. Trataría de retomarlo de cara a 2014, pero finalmente no salió adelante.
Donde sí triunfo Biasion fue en camiones. El italiano consiguió de forma abrumadora las Copas del Mundo FIA de Rallyes Cross-Country en 1998 y 1999 y en el Dakar también ha cosechado grandes resultados. Su mejor participación fue 2012, donde hizo junto a Pep Vila de escudero de Gerard De Rooy. Consiguió hasta tres victorias de etapa y finalmente fue sexto en la general, mientras que era el hijo de Jan el que conseguía su primer y único tuareg, igualando a su padre. Dieter Depping, el piloto fetiche de Volkswagen sería otro de los que se animaría a probar ambas categorías, primer participando en camiones y después apuntándose a las ediciones de 2008 (cancelada) y 2009, aunque sus resultados no fueron demasiado deslumbrantes y tomó un papel secundario en un equipo en el que estaban Sainz y el ganador del primer Dakar sudamericano, De Villiers.
Otro de los que debutó al volante de un coche de fábrica fue Björn Waldegard. Primero lo intentó con Peugeot y su 405 T16 Grand Raid, finalizando segundo en 1990, mientras que en 1992, ya con el Citroën ZX se convertía en el primer Citroën clasificado detrás de los tres Mitsubishi que coparon el podio. En resumen, 4 victorias de etapa y un podio que lamentablemente quedaron eclipsados por los éxitos de Ari Vatanen. No sería el único piloto del WRC que competiría con la firma de los dos chevrones. Salonen competiría en 1993 y 1995. Su debut en la carrera acabó de forma precipitada al sufrir un accidente en las dunas en el que se lesionó su copiloto. La del 95 fue su mejor edición, siendo el primer líder de la carrera tras conseguir su primera y única victoria de etapa. Más adelante, numerosos problemas de transmisión que le dejaron con sólo dos ruedas motrices le hicieron perder muchas horas en el desierto. Aun así terminaría quinto de la general.
Markku Alen tampoco escapaba a los dulces cantos de sirena de la prueba africana. Al igual que Biasion, probaba nuevas experiencias compitiendo en la categoría de camiones, donde tampoco conseguiría grandes resultados más allá de la 7ª plaza en 2005 al volante de un IVECO. En 2007 se enrolaba en el proyecto de ISUZU junto a Albert Llovera, pero tampoco tendría demasiada suerte. Obviamente no tenían opciones de victoria, pero en esta ocasión ni tan siquiera pudo llegar a ver la meta en el Lago Rosa al romper el motor de su 4×4. Guy Fréquelin también se apuntó en 1989 a esta gran fiesta del motor, siendo cuarto con el Peugeot 405 T16, mientras que otros como Freddy Loix apostaron simplemente por la aventura compitiendo con un buggy y siendo 50º en 2007.
Para el final hemos dejado al que posiblemente peor suerte corrió en el Dakar. Jean-Luc Thérier, piloto francés que hizo volar por los tramos del Mundial de Rallyes al Alpine A110 1800 y Campeón tanto del Nacional Francés de Tierra como del de Asfalto, decidió afrontar el Dakar en 1985, un año después de disputar su última prueba en el WRC, el Rallye de Monte-Carlo. Jean-Luc iba directo hacía la victoria de la tercera etapa cuando se produjo la tragedia. Su Citroën Visa 1000 pistas se precipitaba por un precipicio en Argelia y las lesiones que sufría Thérier le dejaban impedido, algo que ponía fin a su carrera deportiva.
Todos estos ejemplos nos demuestran que no siempre es fácil para los pilotos provenientes del WRC, por muchos éxitos, títulos o victorias tengan, lograr la gloria de vencer en el Dakar. Sin ir más lejos, y a pesar del inicio fulgurante, Sébastien Loeb (o el propio Carlos Sainz) es un buen ejemplo de que no siempre es “llegar y besar el santo” por muchos éxitos que hayas tenido en los rallyes.