Marc Coma y Etienne Lavigne se encontraron con la difícil papeleta de tener una carrera a menos de cuatro meses vista y no tener un recorrido para ella. Sin Perú, las etapas de dunas interminables que se esperaban para la primera semana se esfumaron y ASO tuvo que hacer prácticamente encaje de bolillos para poder sacar adelante la edición de 2016. Lo hicieron, siendo sin duda una prueba de fuego para la nueva mano derecha de Lavigne.
Se buscó un recorrido compromiso, con etapas sobre suelo Argentino que aunque no terminaron de convencer ni a los participantes, ni a los aficionados más tradicionales, salvaron la papeleta. A pesar de ser criticado en muchas ocasiones desde que cruzó el charco, y que ya se ha admitido estar en conversaciones para volver a África (en 2016 tendrá una prueba del Dakar Series en el continente negro), lo cierto es que la ASO no tiene intención de salir de Sudamérica a corto plazo.
A buen seguro, después del estrés que supone el fin de fiesta y el tener que organizar toda la logística para volver a Europa, los franceses ya trabajan para preparar la carrera de 2017. Ya se ha empezado a hablar de que a Argentina y Bolivia se podría unir Chile, la cual tiene que tomar gran peso en el recorrido del Dakar sudamericano gracias al espectacular desierto de Atacama, pero también se ha empezado a hablar de llevar la carrera a países como Paraguay, Ecuador o Colombia, estos últimos puede ser difícil introducirlos de manera lógica si no se cuenta con un paso por Brasil o Perú. Una carrera que además de aprovecharse el desierto y las dunas, también contaría con otros paisajes, como la impresionante selva brasileña
