A pesar de que pilotos como Kimi Raikkonen ya han declarado que las nuevas Pirelli de mojado no mejoran demasiado a las de 2015 (diciendo incluso que seguramente preferiría las antiguas), lo cierto es que el test en Paul Ricard no podría haber salido mejor para los intereses de Pirelli. No llovió, pero dadas las características de la configuración de circuito elegido y al buen trabajo mojando la pista, se podría decir que consiguieron condiciones ideales.
El objetivo de estos test era doble: mejorar la transición entre el neumático de lluvia extrema y el neumático intermedio, dada la rápida degradación de los anteriores cuando la pista va mejorando, y mantener al menos el nivel actual de resistencia al aquaplaning. Según Pirelli se van a cumplir ambos objetivos. De hecho, Mario Isola ya ha salido al paso de las declaraciones de Raikkonen diciendo que la meta no era tener unos neumáticos muy diferentes a los de 2015, sino algo mejores en las condiciones que se criticaban la temporada pasada.
Cruzando diferentes especificaciones de neumático entre monoplazas se consiguen cantidades ingentes de datos que, se supone, eliminarían sobre el papel la influencia de los diferentes chasis y motores, y si añadimos la variable controlada de los setups dirigidos por Pirelli y la ausencia de nuevos componentes, tendríamos coches muy preparados para evaluar neumáticos. Faltaba la variable más temible: el circuito. El reto era conseguir una pista estable y que mantuviese las condiciones sin cambios durante el tiempo de test. Ahí casi hay que agradecer que no lloviese de verdad y que hayan tenido que utilizar aspersores.
Otra pregunta que puede surgir es por qué no estuvo presente Mercedes en el test. ¿Puede afectarle? ¿Da igual?
Pues sí, da igual que no haya estado. Pensemos que este test interesa a los equipos, pero sobre todo a Pirelli porque no han probado un producto listo para ser distribuido durante la temporada 2016, sino diversos compuestos y patrones de dibujo de la banda de rodadura. La información que sacan los equipos de este test es poca, por no decir ninguna: solo los pilotos se llevan alguna impresión. Sería un error pensar que los equipos que han realizado el test parten con ventaja porque lo que han montado no será lo mismo que utilicen en carrera.
Y con los tres equipos que se presentaron era más que suficiente, ya que cuantos más coches en pista, menos estables las condiciones de la misma y peor marco de experimentación tendrían. Al respecto, Isola comenta:
Cada coche evacúa una gran cantidad de agua del el circuito. Si tienes 10 coches, es casi imposible realizar una prueba sobre asfalto húmedo. Así que cuando en Mercedes supieron que ya teníamos tres coches, dijeron ‘Bueno, si nos necesitas podemos ir, si no nos quedamos en casa». Con tres coches la prueba estaba bien. Es más difícil sincronizar más coches. Las condiciones son demasiado importantes, y si tienes alguna variación en las condiciones pueden ser mayores que las diferencias entre los prototipos que estamos probando.
Así que por esa razón no hizo falta Mercedes. Y por si acaso, por si en algún momento podemos pensar que esto sí que influye en algo (que no lo hace, igual que no importa quién hizo el mejor tiempo), mejor no dar más cancha a Mercedes.
Vía | Autosport