Estamos cerca de un cambio de ciclo en el Mundial de Rallyes similar al que se espera que sufra la Fórmula 1 en los próximos dos años. Mientras que los actuales integrantes del WRC tratan de batir al intocable Sébastien Ogier, una promoción de nuevos talentos llama a la puerta de los equipos oficiales para tratar de robar algo de protagonismo al de Gap. Una generación, que por probabilidad, debería devolver a los pilotos nórdicos a la posición de fuerza que tuvieron antes del dominio galo.
Empecemos por los que ya son presente y están sentados en un World Rally Car. La ascensión de Stéphane Lefebvre ha sido meteórica, pero se queda en nada si lo comparamos con la de su compatriota, Eric Camilli. Ambos enrolados en dos de los equipos con más historia del actual plantel del Mundial de Rallyes, demostraron su talento durante el pasado Rallye de Monte-Carlo 2016. Especialmente el de M-Sport, el cual parecía más una locura por parte de Malcolm Wilson al subirlo directamente de conducir un Ford Fiesta R5 de ORECA en el WRC2 (además de su papel como piloto TMG) a primera división sin apenas haber hecho méritos en forma de resultados.
En el caso de Lefebvre, su progresión no ha sido fugaz, pero sí se le ve una clara mejoría. Tras algunas pruebas sueltas al final de la temporada 2015, su quinto puesto en la cita monegasca dan motivo para la esperanza a Citroën, la esperanza de volver a tener otro piloto galo ganador entre sus filas. Por último, Elfyn Evans es otro de los más esperados, en este caso por los aficionados de las islas, hace mucho tiempo huérfanos de héroes tras los fallecimientos de Richard Burns y Colin McRae. Aun habiendo sido relegado a WRC2, en Monte-Carlo pudimos verle pilotando con más rabia y descaro que en toda la temporada con el Ford Fiesta RS WRC entre sus manos. No era fácil remontar dos pinchazos y terminar ganando de forma aplastante. Un recurso de niño rebelde llamando la atención de sus progenitores, en este caso de Malcolm.
Sin embargo, no es la única esperanza de los norteños. Además de Kris Meeke, en Citroën nos encontramos este año una gran novedad: Craig Breen. Al ex-piloto de la Peugeot Academy le queda mucho por demostrar. Incluso diría que tiene mucho por demostrarse a sí mismo después de que las últimas temporadas del irlandés hayan sido una serie de catastróficas desdichas una detrás de otra. Breen fue capaz de recomponerse tras el fallecimiento de Jaffa, pero sus dos años llevando el 208 T16 R5 oficial en el ERC han dejado bastante que desear para un piloto que estaba montado en máquinas de primer nivel apenas superado la mayoría de edad.
Los siguientes en la línea sucesoria son los dos hombres de Skoda Motorsport. Esapekka Lappi y Pontus Tidemand ya han llamado la atención de las marcas. Los campeones del ERC 2014 y el del APRC 2015 han demostrado sobradamente su velocidad al volante de un R5 y de un S2000, sin embargo ambos ya empiezan a impacientarse. Sin posibilidad de promoción en Volkswagen, donde los tres pilotos titulares tienen contratos a medio-largo plazo, el finlandés podría ser tentado por los cantos de sirena de su compatriota y cuatro veces Campeón del Mundo, Tommi Mäkinen. Por su parte, el sueco, ahijado de Henning Solberg, también espera su oportunidad habiendo demostrado sobradamente su calidad sobre nieve y en tierra y tal vez fallando en un terreno en el que a Lappi no se le da nada mal a pesar de ser finlandés, el asfalto. Al más puro estilo Markku Alén o Jari-Matti Latvala.
¿Qué nos espera después de Lappi o Tidemand? Pues sólo hay que echar un vistazo al WRC2 para ver a las nuevas promesas. A pesar de sólo llevar medio año en dicha categoría, Teemu Suninen se ha ganado por derecho propio disputar esta temporada con un Skoda Fabia R5 de ORECA tras el gran Rally de Gales que se marcó. El finés puede estar fuera de los planes de Toyota, pero es un concepto de piloto muy interesante. Buena muestra de ello es que siendo su primer Monte-Carlo y su primera cita con el Fabia R5, se permitiera el lujo de echarle carreras a Lappi. Otro que puede hacer soñar a los finlandeses con tener un nuevo flying finn más allá del irregular Latvala.
Quentin Gilbert será otro de los hombres a seguir. El ganador del JWRC y del WRC3 en 2015 competirá con el menos competitivo Citroën DS3 R5 y con la necesidad de mostrar que su apabullante dominio con el Citroën DS3 R3T no se debió únicamente al bajo nivel de sus rivales. La presión sobre él está en la comparación directa con Lefebvre, el cual también ganó el JWRC y tras su premio en el WRC2 ya dio el gran salto al WRC. En una situación similar está el otro ganador junior de 2015, en este caso el del Campeonato de Europa. Emil Bergkvist arrasó el año pasado con el Opel Adam R2 en sus manos y se espera mucho de él en el futuro. El sueco vio como el KO del proyecto Opel Corsa R5 le cortaba su progresión dentro de la firma germana y por ello se ha buscado un programa alternativo en el WRC2 con el R5 de la marca de los dos chevrones. Engorda de esta manera aún más la lista de dicha categoría en la que también tenemos a nuestro Cohete Suárez.
El asturiano consiguió atraer más miradas con sus tres scratchs en Monte-Carlo (uno de ellos incluso por delante del mismísimo Sébastien Ogier) que en todas sus temporadas anteriores. Cohete no ha dejado pasar el que posiblemente era su último tren para llegar al mundial y los consejos de su nuevo padrino, Carlos Sainz, tanto en términos de notas como en el plano de la mentalidad o de la moral, le han hecho mucho bien. Tiene frente a él la oportunidad de oro en su carrera, y la oportunidad de que los aficionados españoles se vuelvan a ilusionar.
Muy atentos deberemos estar a otro ganador de monomarca, en este caso, Marius Aasen, último ganador de la DRIVE DMack, que toma el testigo de Sander Pärn. Por ahora, pocos han sido los ganadores al volante del Ford Fiesta R2 que han terminado de triunfar, siendo Tidemand, Evans y Breen los mejores ejemplos de la lista. Otros que quisieron dar el salto demasiado rápido y que han visto cortada su progresión de forma repentina han sido Sébastien Chardonnet y Nil Solans. En el caso del español incluso ha demostrado sus capacidades sobre dos ruedas y en hielo, pero su temporada en el WRC2 en 2015 pasó sin demasiada repercusión y queda por ver cómo se reconduce su carrera más allá de su participación en el torneo invernal de las G-Series.
Por último, bajamos el foco un poco más para encontrar a otra de las grandes promesas escandinavas del mundo de los rallyes. Ole Christian Veiby ha sido la gran revolución de los últimos meses. Ahora disputando el WRC3 y el JWRC con resultados tan convincentes como la victoria en Monte-Carlo, el piloto noruego ha demostrado ser también muy competitivo al volante de un tracción total. Y es que antes de sus salidas al Mundial con el DS3 R3T, Veiby fue una de las grandes revelaciones del Mundial/Europeo de RallyCross en 2015 con el Volkswagen Polo 4×4 T16. Mucho ojo con él.