Arturo Merzario es todo un icono en el mundo del automovilismo en general y la Fórmula 1 en particular. Aunque a lo largo de la década de los 70, solo obtuvo 11 puntos en 57 grandes premios disputados -aunque se inscribió para 85-, su carácter amigable, su carisma y un talento al volante que pudo verse más a menudo en el mundo de la resistencia hicieron de él un icono de la época. Bueno, eso y el sombrero de «cowboy» de Marlboro que aún luce a menudo en sus apariciones públicas hoy en día. En cuanto a su casco, también es recordado.
En el caso de Merzario, el diseño de su casco es la demostración más clara de que a veces lo mejor es optar por la simplicidad. Sobre todo en una época donde pintar el casco era un proceso más complejo que hoy en día que en ocasiones implicaba al propio piloto a la hora de buscar materiales. Puesto que un piloto no podía ni debía perder demasiado tiempo en este tipo de asuntos para así centrarse en competir, algunos optaban por diseños simples y fáciles de replicar.
Esta era la idea detrás del diseño de Merzario, que se decidió por la siempre popular base blanca que vivió su edad de oro en los años 60 pero que aún seguía siendo enormemente popular. Merzario se decidió también por los colores de la bandera italiana para darle el toque colorido aunque a diferencia de otros pilotos, la forma de aplicarlos fue más bien discreta. Donde otros trazaban grandilocuentes líneas y diseños pretensiosos, el italiano fue minimalista en su expresión más clara.
Dos líneas de color rojo y verde que en ocasiones se usaron de forma horizontal y en otras de forma vertical eran todo lo que él necesitaba para el lateral de su casco. Y en la parte superior, tiras horizontales en color rojo, algo que ningún otro piloto usaba, lo que le distinguía de sus rivales -en ocasiones añadió algún tipo de diseño a la primera tira, la más cercana a la visera-. A todo ello se le añadía la inicial de su nombre y todo su apellido en el lateral, los patrocinadores que tuviera… y ya estaba listo para correr.
En realidad no era tan simple como esto puesto que en algunas épocas de su carrera deportiva, la escritura con letra mayúscula con una fuente muy simple se cambió por otra que imitaba un recargado estilo a mano. Aunque seguramente, el detalle más conocido del casco de Merzario no es ni su nombre ni la bandera italiana ni las líneas rojas de la parte superior. Durante prácticamente la totalidad de su carrera deportiva, Arturo Merzario lució un Cavallino Rampante en cada lateral de su casco.
Evidentemente, esto significaba que el lado izquierdo tenía el caballo tal y como podía verse en el logotipo de Ferrari mientras que el derecho lo tenía como si fuera visto por un espejo. El motivo era simple: Merzario se sintió siempre tan apegado a la marca -que le dio su debut en la Fórmula 1 y algunos de sus mayores éxitos en los coches de sport- que incluso después de dejarla, quiso rendirle homenaje. Puede que el casco de Merzario fuera simple pero tiene el elemento único de homenajear a un equipo sin competir en él. ¡Un genuino!
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