Como ya ocurrió la temporada pasada, el triunfo en la carrera inaugural de las IndyCar Series fue a parar a manos de Juan Pablo Montoya. El subcampeón 2015 dominó una carrera que sonrió al equipo Penske pese a la ausencia del poleman, Will Power. El australiano debió ser sustituido por Oriol Servià, mandando así el coche número 12 al fondo de la parrilla, a raíz de mostrar síntomas de conmoción cerebral tras un fuerte accidente en entrenamientos libres el viernes.
Ello rompía el monopolio de las dos primeras filas para Penske tras una brillante sesión de clasificación el sábado y daba la primera fila a Simon Pagenaud y Helio Castroneves seguidos de Montoya. Los primeros puestos se mantuvieron mientras por detrás Marco Andretti protagonizaba una extraordinaria salida para colocarse séptimo, pero pronto Castroneves empezó a rodar más lento que Pagenaud y fue perdiendo posiciones hasta que llegó la primera ronda de paradas en boxes.
La carrera fue razonablemente tranquila hasta que mediada la misma llegó la primera bandera amarilla de la carrera por toque en una maniobra de adelantamiento ridículamente optimista de Andretti a Filippi. Este último, junto a su compañero Daly, había arriesgado a nivel estratégico en una de esas cartas que suele jugarse habitualmente el equipo Dale Coyne. De hecho Conor Daly se colocó líder aprovechando este periodo de ‘caution’ al no entrar a boxes.
Y como suele ser normal en Estados Unidos, las amarillas provocan más amarillas. Tras retrasarse la resalida por problemas técnicos en el coche de Marco Andretti, al retomarse la prueba se formó una descomunal montonera al embestir el posteriormente sancionado Carlos Muñoz a Graham Rahal y bloquear el trazado. El accidente también se llevó por delante a Oriol Servià, que perdió vuelta.
Previamente Juan Pablo Montoya dio buena cuenta de su compañero Simon Pagenaud y al colocarse segundo no tardó en atacar a Conor Daly nada más reiniciarse la carrera, tomando un liderato que ya no dejaría escapar pese a arrastrar problemas de suspensión en las últimas vueltas. La arriesgada estrategia de Daly y Dale Coyne no surtió efecto, lo cual le hizo acabar 13º, completando el podio Pagenaud y Ryan Hunter-Reay, que adelantó a Castroneves para evitar el triplete de Penske.
Mención especial para el quinto puesto de Mikhail Aleshin en su regreso a IndyCar Series, por delante de Takuma Sato, el vigente campeón Scott Dixon y Carlos Muñoz, octavo pese a cumplir con un ‘drive through’. Alexander Rossi, Spencer Pigot y Max Chilton tuvieron un estreno discreto en IndyCar al acabar 12º, 14º y 17º respectivamente.
En cuanto a la carrera de Oriol Servià, quedó obviamente marcada por la montonera, antes de la cual llegó rondar el ‘top ten’. Poco se le puede reprochar teniendo en cuenta que se montó por primera vez en el coche de Will Power en el ‘warm up’ y debió salir último, pero en su currículum constará que llegó a competir para Penske. Un nombre ilustre que se viene a sumar a los de Newman-Haas, Forsythe, PacWest/PKV/KV, Dale Coyne, Rahal o Andretti. Nadie desea mal alguno a los pilotos de Ganassi, pero es prácticamente el único gran equipo de monoplazas que le queda por conocer al catalán en Estados Unidos.
La próxima cita de IndyCar Series tendrá lugar el primer fin de semana de abril, cuando se produzca el ansiado regreso de los monoplazas al rapidísimo óvalo de Phoenix.
