Tras la larga espera invernal que ha sido más dura de lo habitual por lo tarde de las presentaciones de los equipos y las pruebas de pretemporada, la Fórmula 1 vuelve esta semana. Pero vuelve de verdad. El Gran Premio de Australia está a la vuelta de la esquina y los pilotos, equipos y aficionados se preparan para ello. ¿Tenéis todos las copas listas? Que esto empieza y no quiero a nadie pidiendo bebercio durante la carrera. Habrá que estar atento, que hay mucho por analizar. Una semana más, ¡Singapore Sling para todos!
Lo primero es ver, pensar y filosofar sobre quien va a estar arriba este año. ¿Mercedes? Natürlich! ¿Ferrari? Ovviamente. ¿Williams? We hope! ¿Y Red Bull? Wer weiß? Lo que sí está claro es que no podemos esperar algo radicalmente diferente a lo visto en 2015. No vamos a entrar en más análisis de los niveles de los equipos porque eso es algo que hemos hecho a lo largo de todos los test de pretemporada e incluso algo después. Odiaríamos repetirnos en exceso.
Más que intentar preveer lo que sucederá en pista, hay que estar pendientes de todos esos puntos «salseantes» que nos pueden animar la temporada. Porque aunque algunos nos intenten vender la moto de que no hay nada bueno en la Fórmula 1, nos encontramos muchos elementos que nos van a dar emociones o puntos de interés durante este año. Hablamos, claro está, de todo lo que no es necesariamente la lucha por el título en la que deberían estar los Mercedes y los Ferrari.
Aunque es muy posible que veamos situaciones al límite entre los dos Mercedes. Para Nico Rosberg, las oportunidades se acaban. Está cerca de convertirse en el piloto con más victorias sin un título de campeón del mundo y sabe que Lewis Hamilton lo tiene todo de cara. Con trabajo duro, más disciplina que su compañero y rival y si la suerte está de su lado, podría esperar batirle. Si no lo consigue… puede que sea el momento de dejar el equipo Mercedes, muy a su pesar. El duelo entre los chicos de las flechas de plata promete.
Justo lo contrario que en Ferrari, donde Sebastian Vettel y Kimi Räikkönen disfrutan de una buena relación. Pero si el finlandés no está a la altura de las circunstancias, se va a empezar a pensar en su reemplazo. ¿Nico Hülkenberg? ¿Romain Grosjean? ¿Esteban Gutiérrez? ¿Alguna opción inesperada? ¡Quien sabe! Lo cierto es que para Räikkönen, este puede ser su último año en la Fórmula 1 si no rinde al nivel que se espera de un piloto de Ferrari y más importante áun, de un campeón del mundo.
Algo parecido sucede en Williams, aunque Felipe Massa parece estar aún en forma para competir en la Fórmula 1. Pero, ¿qué sucedería si hubiera un joven talento disponible para reemplazarle de cara a 2017? Y a todo esto, Force India está en una situación delicada en lo que se refiere a su estructura. Los rumores apuntan a problemas legales para Vijay Mallya y en caso de que eso fuera cierto, el futuro del equipo estaría en entredicho. Pero Aston Martin podría quedarse con la estructura, dándole a Sergio Pérez y a Nico Hülkenberg una posible oportunidad para brillar…
¿Y la lucha entre los Red Bull y los Renault? Deben ganar los primeros, claro está. Pero el morbo de ver a los austríacos con los propulsores TAG-Heuer imponiéndose a los Renault es importante. También será interesante, más allá de resultados, ver si Haas consigue motivar a los espectadores estadounidenses. La Fórmula 1 ha sido tradicionalmente popular solo a medias al otro lado del océano. Gente rara a la que solo le gusta ver coches corriendo en óvalos… o algo por el estilo. La Fórmula 1 puede ser demasiado compleja para el ciudadano de a pie pero la presencia de un equipo defendiendo el honor de las barras y estrellas puede cambiarlo todo.
Volviendo a los pilotos, siempre nos quedará el «duelo» entre Max Verstappen y Carlos Sainz; un duelo que alimenta la prensa más que los propios pilotos o el equipo pero que en cualquier caso es interesante. Dos pilotos con un perfil mediático alto, un talento evidente y dos estilos bastante encontrados. ¿Cómo no nos va a gustar compararles y verles competir por ser el mejor de su equipo? Pero que quede algo claro… terminen como terminen, son ambos dos pilotos como la copa de un pino -o dos-.
Pero probablemente, el tema más delicado es el del futuro de Fernando Alonso. Los resultados del piloto asturiano en 2016 dependerán casi exclusivamente de lo que pueda hacer el motor Honda. Por mucho que mejore el propulsor nipón, es difícil de imaginar a una McLaren con opciones regulares de subirse al podio. ¿Mantendrá así la motivación el bicampeón español? ¿Seguirá con ganas de competir en 2017 si la mejora este año no es suficientemente destacable?
Hay que empezar por lo importante; Fernando Alonso tiene contrato con McLaren Honda para 2017. Pero ya sabemos todos que en la Fórmula 1, los contratos se disuelven con una facilidad pasmosa. Y ahora que estamos entre amigos, os puedo asegurar que Fernando ya se está planteando el futuro tras la Fórmula 1 y que si este año las cosas no van, el año que viene no le veremos en la categoría reina… Bueno, es lógico, ¿no? Alonso no nació para ser figurante. No está en su ADN.
También estará curioso ver cómo reaccionan los aficionados indonesios, auténticos fanáticos de Rio Haryanto. Un país con una cultura automovilística relativa que está vibrando con la presencia de uno de los suyos en la parrilla de salida de la Fórmula 1. Y con el Jagonya Ayam apoyando a dos pilotos en GP2, que nadie se extrañe si una carrera acaba llegando a Indonesia en los próximos años. Un año de cambios pero sobre todo, no lo olvidemos, un año con nueve meses por delante para sorprendernos con todas aquellas noticias que nunca nos imaginamos, que acaban llegando cuando menos las esperamos y que sacuden el mundo del automovilismo. ¡Brindemos por todo ello!