Carlos «Lole» Reutemann fue, sin ningún lugar a dudas, un icono del automovilismo argentino. Durante la década de los años 70 y algo de los 80, el piloto de Santa Fe defendió el honor de su patria con un talento y velocidad innegables aunque a veces mostrara cierta debilidad mental en comparación con los grandes campeones con los que compartió pista. Aún así, plantó cara y demostró estar capacitado para ganar carreras, con un título que se escapó por el más estrecho margen. Su casco es a día de hoy también uno de los más recordados de la época, sobre todo en Argentina.
Cuando Carlos Reutemann llegó a la Fórmula 1, impresionando a todo el mundo al marcar la pole position en su carrera de debut en Buenos Aires, no lo hizo con sus colores característicos, sino que lo hizo aún con un casco de color blanco con muy poca decoración. Hubo que esperar algún tiempo para que se desarrollara su imagen, que le acompañó durante la totalidad de su carrera deportiva. Apenas unos meses después, el «Lole» lucía una nueva identidad.
El diseño de casco de Reutemann no es particularmente complejo aunque sí es resultón y tiene un significado que cuaja a la perfección con lo que ha sido su vida. El diseño parte del color blanco como fondo mientras que en la zona superior utiliza el azul oscuro en forma circular, siendo uno de los primeros pilotos sino el primero en hacer algo que acabó popularizándose a lo largo de los años 80 y 90. En ambos laterales encontramos los extremos de un trapecio -término de geometría- de color amarillo.
Por lo tanto, los colores clave eran el azul de la zona superior y el amarillo que iba de un lateral al otro, ambos con marcos de color dorado. Los argentinos reconocerían los colores fácilmente puesto que estos son precisamente los colores del escudo de Santa Fe, ciudad donde nació Reutemann. Así, el santafesino llevaba a su ciudad con él a todas las carreras. Con el tiempo, llegó a ser gobernador de la propia provincia de Santa Fe, dándole un nuevo significado a su casco.
A lo largo de su carrera deportiva, Carlos Reutemann no cambió el diseño de su casco más allá de pequeños detalles que solo son apreciables al observar el casco de cerca. Lo principal, los tonos de los colores azul y amarillo, que cambiaron ligeramente dependiendo del equipo en el que se encontrara. Aunque también hay que tener en cuenta que por ese entonces, los pilotos no contaban con varios cascos y por lo tanto era habitual que una sola unidad durara varios años, desgastándose en el proceso.
Adicionalmente, los patrocinadores que fueron desfilando por el lateral del casco de Reutemann fueron cambiando también. Cuando ocasionalmente no hubo ningún patrocinador que lucir en el casco, el argentino recurrió al orgullo patrio y lució la bandera de su país en esa zona lateral. La bandera albiceleste sobre fondo amarillo lucía de maravilla, dándole un toque más de color a un casco que a pesar de su simplicidad, quedaba bien con prácticamente cualquier decoración.
Con los años y después de retirarse en la Fórmula 1, el mismo diseño se le vio en el mundo de los monoplazas en dos ocasiones más, en 1995 y 2004. Gracias a su ex-equipo, Ferrari, volvió a ponerse a los mandos de un coche de Fórmula 1. En la primera ocasión lo hizo en Buenos Aires para celebrar el retorno de la categoría reina a Argentina con un coche del año anterior. La segunda fue la última vez que Reutemann se subió a un Fórmula 1 contemporáneo y lo hizo en el circuito de Fiorano, siempre con sus colores.
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