Fernando Alonso tendrá que mirar los toros desde la barrera este fin de semana. Su estado físico tras el accidente en el Gran Premio de Australia se lo impide así que por segunda vez en dos años, el asturiano se pierde una carrera. Una situación poco deseable pero por lo menos esta vez, Alonso puede colaborar con el equipo. Le estamos viendo en los boxes y en el muro junto a los ingenieros y se ha creado una locura alrededor de un movimiento que debería ser lógico… y que no es para nada inusual.
De hecho, a lo largo de los últimos años tenemos más ejemplos de pilotos que se quedan sin correr y están en el muro de boxes que ejemplos de pilotos que «pasan de todo». Y conste que no hablamos de Niki Lauda, Helmut Marko o Christian Horner. En realidad, son pilotos conocidos por todos, alguno de ellos aún en la parrilla de salida en la temporada 2015. En realidad, los ejemplos más recientes los vimos con otro piloto español de por medio; Roberto Merhi y Alexander Rossi, que en las carreras en las que no competían, adoptaban un papel de soporte.
Aunque ninguno de los dos pilotos estaban demasiado satisfechos con quedarse a pie, la realidad era la que era y ambos fueron honrados a la hora de ayudar a una escuadra que les ayudó a debutar en la Fórmula 1 y que necesitaba toda la asistencia posible. En realidad, Rossi tuvo que alternar su presencia en el muro de boxes con su participación en las carreras de GP2 que le faltaban, por lo que estuvo menos tiempo del deseado. A pesar de todo, el tiempo que sus obligaciones le dejaron, estuvo pendiente de su equipo.
El ejemplo más reciente que encontramos de un piloto que no se quedó en el circuito para ayudar al equipo fue el de Kamui Kobayashi en el Gran Premio de Bélgica de 2014 aunque hay que tener en cuenta que Caterham se encontraba entonces en una situación política delicada y la caída de Kobayashi del equipo se produjo a última hora y por motivos económicos, lo que complicaba el hecho de quedarse a ayudar. Todo esto, teniendo en cuenta que el equipo optaba a poco -y acabó desapareciendo, claro-.
Tampoco estuvo con Lotus Kimi Räikkönen a finales de 2013… aunque el finlandés tenía doble «excusa». La primera y quizás más importante era el hecho que las carreras eran en América mientras él estaba en Europa para operarse de la espalda. La segunda, a menudo menos mencionada aunque seguramente importante también era que Räikkönen no había cobrado del equipo. Debía ser difícil plantearse hacer demasiado esfuerzo por un equipo que no le estaba pagando por su trabajo, ¿no?
Otro chico de Lotus, Romain Grosjean, es un ejemplo reciente más que sí estuvo en el muro de boxes. Fue con motivo del Gran Premio de Italia de 2012 tras recibir una carrera de suspensión. Consideró que como piloto regular, podía ayudar a Jérome d’Ambrosio, además de mostrar buena actitud al desplazarse al circuito a pesar de la mencionada suspensión. No sirvió de mucho para d’Ambrosio, que se quedó sin sumar puntos aún con todo el esfuerzo.
Incluso Sergio Pérez se quedó en el circuito de Montreal tras los mareos en los primeros entrenamientos libres del Gran Premio de Canadá de 2011, causados por su estado físico tras el accidente en Mónaco. El mexicano colaboró con el equipo en todo lo que quedaba de fin de semana e incluso llegó a atender a la prensa internacional, continuando su fin de semana de forma habitual… excepto lo más imporante, sentarse en el coche y salir a pista a darlo todo.
Yendo atrás, podemos encontrar a Felipe Massa volviendo para el Gran Premio de Brasil de 2009 con Ferrari a pesar de que no iba a competir o a Robert Kubica apoyando a un joven Sebastian Vettel que tomaba su puesto en el Gran Premio de Estados Unidos de 2007 tras su accidente en Canadá. Varios casos a lo largo de la última década en los que los «damnificados» no tenían nada que ganar y se quedaron en el circuito apoyando a sus equipos durante el fin de semana.
Naturalmente, hay casos entre los equipos más pequeños donde los pilotos van y vienen durante la temporada, como en Lotus -el de Tony Fernandes- o Hispania. Pero en equipos más pequeños donde el dinero es la clave de la presencia de un equipo, quedarse para ayudar a quien le puede quitar a uno el volante es contraproducente. La conclusión por lo tanto es que prácticamente cualquier piloto en una situación normal se quedaría en el circuito para ayudar a su equipo. Y eso es exactamente lo que está haciendo Fernando Alonso. ¿De qué nos sorprendemos, entonces? Si es lo más normal del mundo.