Estamos metidos de lleno en una polémica que roza la afrenta nacional, una vez que Johnny Herbert, un periodista británico y ex piloto de F1 (segundón) se atreve a sugerir con la cabeza bien alta que Fernando Alonso debería pensar en su retirada tras el aparatoso y grave accidente que sufrió en Australia a bordo de una de las máquinas anglojaponesas de McLaren Honda. Se trata de una provocación en toda regla al sugerir siquiera que se debería… pensar. Spoiler: este es un artículo de opinión.
Este sería el primer párrafo perfecto para enviar a cualquier tabloide español y cobrar un dinero por una buena ración de párrafos provocativos y anti Johnny Herbert. Otra opción sería llevar el tema al terreno personal y retorcer el lenguaje, convirtiendo tiempos verbales condicionales en presente de indicativo, para darle calidad al asunto y que nos quede claro que ellos van a por nosotros. Es el estilo de los tabloides patrios. Nadie puede sugerir nada que no sea positivo de nuestro héroe nacional, que surge de entre el debris como símbolo de nuestra gloriosa estirpe de luchadores.
Pero en Diariomotor Competición creemos que somos personas normales y sin complejos extraños de personalidad y, yo en particular, sin querer involucrar a mis compañeros en mis antipatriotas conclusiones, creo que no hay nada de extraño en que un ex piloto de F1 (pero no un segundón, que quede claro, sino un buen piloto que sufrió un durísimo accidente y que antes de eso atesoraba un potencial enorme) dé su punto de vista acerca de otro piloto, que por muy excelente piloto y con un palmarés muy poco común que sea, es humano.
Amigos, hemos de ser muy sinceros con nosotros mismos y, aunque nos duela, reconocer que a Fernando Alonso le quedan un par de años a lo sumo. En F1, se entiende. Lleva desde 2001 pegándose por el mundo adelante. Ha conseguido un palmarés que a muchos puede parecer decepcionante (y esa es la tristeza y la crueldad del asunto), y sí, podría ser que luchase por el campeonato con un gran coche, pero la vida no espera y el cuerpo no sabe de prórrogas. Y a mí me duele en el alma pensar en que es posible que no vea jamás ese tricampeonato.
Nadie quiere que se retire Fernando Alonso. Johnny Herbert no dice eso (‘should’ no es un imperativo), no pide la retirada de Alonso como miente descaradamente el diario MARCA. Digo su nombre con todas las letras porque me parece un bochorno llamar a ese tipo de plataforma una publicación, y sigo sin entender por qué el argumento de «están en nuestra contra» vende. Porque sí, vende señores, y mientras los demás luchamos por hacernos un hueco, hay quien consigue tiradas asombrosas y centenares de miles de visitantes simplemente por abrir el grifo del odio.
Antes, McLaren y Ron Dennis odiaban a Alonso y beneficiaban al niño mimado de McLaren; ahora, Alonso es un héroe que mueve a un equipo histórico de la F1 y lucha por correr herido, mientras otros le cierran las puertas, los malvados doctores de la FIA que lo quieren apartar de la pista para beneficiar a la joven promesa. El lobby inglés ataca y pide la retirada de un Alonso al que no pueden ver delante desde hace años. ¿Esta es la actualidad que la gente quiere leer?
Mientras escribo estas líneas se confirma que Fernando Alonso no va a correr en Bahréin, finalmente, en lo que era algo de esperar, pero de lo que se aprovecharon vilmente en muchos sitios que podéis encontrar fácil para dudar de los médicos de la FIA, para insinuar que pudo haber negligencia médica con Alonso (es verdad que se comenta que Ron Dennis ha estado acalorado con la FIA por un protocolo no muy regular), para sembrar semillas de desconfianza, porque en España, a los españoles no nos va nunca mal, son los demás los que ponen piedras en el camino para que fracasemos. Para que una fisura que no se vio, aparezca días después. Porque no quisieron verla. ¿Me seguís?
Mientras escribo estas líneas, además, veo un tweet en el que Fernando Alonso se encuentra con Herbert y, bueno, le propina un buen zasca, porque él es el autorizado a hacerlo:
Woah shots fired by @alo_oficial to @johnnyherbertf1 #SkyF1 on retiring comments! pic.twitter.com/uFXGIoeRgF
— Ste. (@Ste_F1) April 2, 2016
– ¿Te retiras?
– No, yo soy un campeón del mundo, tú terminaste como comentarista porque no fuiste campeón del mundo.
– Gracias.
Puede que no nos guste, como españoles, que nos digan que estamos en el declive de nuestra carrera, o que lo digan del héroe (lo del héroe es una pulla rastrera hacia el redactor más poético que existe); puede que Johnny Herbert sea un bocas, y puede que Fernando Alonso saque muy rápido el genio, pero la realidad son 15 años en F1, y un proyecto a futuro corto. Al menos hemos de conceder eso, que se puede, y se debe, poner sobre la mesa el tema tabú de la retirada de Fernando Alonso de la F1 a corto plazo. Mucho más corto plazo del que lleva dentro.
Fernando Alonso se retirará en 10 meses, en 24, en 36, pero lo va a hacer. Va a dejar el pabellón español en la F1 lo más alto que se puede tener de momento, igual que Carlos Sainz (padre) sostiene el pabellón español en rallyes y raids lo más alto posible. Los otros números, los mundiales, las victorias, las poles, los podiums… sí, hay pilotos con mejores resultados, pero eso no tiene que ver con Fernando Alonso. Él consiguió, hace ya 13 años, que nos levantásemos del sofá sin poder creer del todo que un español hiciese pole position en un Gran Premio (Malasia) y cruzase la meta el primero en un Gran Premio (Hungría). Jamás había sucedido.
Puede que haya llegado el momento de retirarse a final de año, si todo sigue igual, a todo el mundo le llega. El propio piloto lo sabe mejor que nadie, tiene derecho a darle réplica a Herbert, aunque quizás mejor sin cámaras. Ya se retirará cuando estime oportuno, consiguió mucho, sigue ilusionando y siendo el centro de atención, y por encima de todo, consigue que nosotros mismos, españoles, estemos convencidos de que Carlos Sainz Jr. no estará a la altura.
Herbert habla de parece que Alonso haya perdido la ambición, la motivación. Puede ser mentira, puede ser verdad, pero sí que es algo que se puede decir, ¿por qué no? En nuestras manos está pensar, reflexionar sin dejarnos llevar por la pasión. Al fin y al cabo somos espectadores, y no la parte interesada, que tiene todo el derecho a enfadarse con el asunto. Nosotros parece que debemos sacar los tanques a la calle cuando alguien ataca a nuestro protegido.
Así somos, y eso que somos los mismos que mirábamos las carreras con ansias cuando Luis Pérez-Sala o Adrián Campos penaban por las pistas (¡o eso se decía!); cuando Marc Gené y Pedro de la Rosa protagonizaban actuaciones épicas para rascar un miserable punto que nos sabía a gloria (¡un solo punto fue una hazaña durante muchos años!). Cuando Jaime Alguersuari era rapidísimo y solo su nula capacidad de gestión personal le cerró las puertas a todo. En España parece que solo nos valen los extremos: o bien estamos muy contentos con ser unos auténticos zotes con aspiraciones, o bien acuñamos un slogan estúpido como el de «soy español, a qué quieres que te gane». Que conste que mi respeto por los pilotos españoles que no lo consiguieron es máximo.
Como fantoches de bar no tenemos rival.