En los últimos años, y por desgracia, el Circuito del Jarama ha adolecido de pruebas de primer nivel automovilístico. Por suerte para todos los aficionados, 2016 ha comenzado con una cita con mayúsculas. El pasado fin de semana, el trazado madrileño reverdeció viejos laureles con la celebración del Jarama Classic, una fiesta para el automovilismo clásico y una cita obligada para cualquier amante al motor.
Y es que no todos los días, incluso podríamos decir que no todos los años, en un circuito se reúnen tantas, y tan bellas, máquinas de época. Mientras que en el Circuit de Catalunya tienen el Espíritu de Montjuic, en la meseta, el Vintage Festival no llegaba a ese nivel (incluso teniendo en cuenta la presencia esporádica de la Formula 1 Histórica. Sea como fuere, el Jarama Classic ha cumplido con creces y con más de 200 coches de competición, con el interés de verles compitiendo entre ellos, la cita fue todo un éxito sólo oscurecida por la lluvia del domingo y quizás, a falta de datos oficiales, por la poca presencia de público.
Competición para todos los gustos: prototipos, GT, turismos…
Divididos en hasta seis categorías (Grupo C Racing , Sixties Endurance, Classic Endurance Racing, Heritage Touring Cup, Trofeo Nastro Rosso, Iberian Historic Endurance) tuvimos la oportunidad de disfrutar de coches de competición desde los años 60 hasta mediados los 90 (concretamente el más moderno era un Peugeot 905 Evo 1 que disputó las 24 horas de Le Mans de 1993). Es más, es tal la cantidad de unidades presente que no puedo hacer otra cosa que remitiros a las listas de participantes que podéis comprobar en la página web del Circuito del Jarama y a la galería de fotos.
Entre lo más destacado, los espectaculares Grupo C (entre ellos un fabuloso Rondeau M382 y un Jaguar XJR-16), un Ferrari 250 GT SWB más conocido como «Breadvan» que acaparó gran parte de las miradas por su singularidad (batiéndose en pista con otro espectacular Maserati T60 Birdcage) o la pléyade de Lola y Chevron presentes en el Classic Endurance. Y sin olvidarnos del estruendo del Ligier JS3 que contaba con el misteriosos Mr John of B al volante. Un piloto presente en casi todas las categorías y que su nombre es parte del ambiente de cualquier carrera de clásicos.
Y entre los pilotos, mucho gentleman driver con quizás mucho dinero y también mucho gusto. Eso sí, algunos contaron con el el apoyo de ciertos renombrados pilotos como Tom Kimber-Smith (al volante de un Aston Martin AMR1) o un tal Emanuele Pirro, el cual no creo que necesite presentación y cuya presencia pudimos comprobar casi por casualidad cuando tenía que abandonar.
Fotos | Igor Zamorano