Ayer tuve la oportunidad de disfrutar, como seguro que tantos de vosotros, de un nuevo programa de ‘Conexión Vintage’, de RTVE (en Teledeporte). Esta vez, dedicado a Carlos Sainz, un piloto y deportista al que no hay que presentar porque lo es todo para el automovilismo español. Con motivo de su 54 cumpleaños, se preparó un extenso documental que repasaba la carrera deportiva del mejor piloto de rallyes que ha salido de nuestro país, y sin duda puedo decir que es el mejor piloto español de la historia, y está entre los elegidos para el selecto grupo de los mejores pilotos globales. Me gustó especialmente porque me hizo revivir una época en la que nos sentíamos, todos, pioneros en un deporte que era el coto de otros.
No suelo ser asiduo de Teledeporte, pero reconozco que este documental me tocó bien adentro. En la época que Carlos Sainz hacía sus pinitos en el mundial en su primera temporada con Toyota yo contaba con diez años. No lo conocía, la verdad, más que por alguna revista que podía ojear en casa, pero recordaba el espectacular Maxi Turbo, y algo, también, el Ford Sierra de Marlboro. Cuando Sainz empezó a despuntar con Toyota, recuerdo las cintas VHS alquiladas en el vídeo club con el resumen de cada rally, recuerdo quedarme pasmado cuando veía el scandinavian flick, que no sabía cómo se llamaba, pero me parecía irreal querer ir a un lado para tomar la curva en el otro sentido.
Recuerdo haberme «peleado», ya a partir del 95, con todos los que repetían sin cesar lo de la mala suerte, lo de que Sainz está acabado, y tantas otras cosas. Me alegra saber que, veinte años después de aquéllas primeras chanzas, Sainz sigue en la cumbre sin que haya rastro de esa mala suerte que tan injustamente se le atribuye desde ciertas plazas. Ya nos gustaría a todos vivir la centésima parte que ha vivido él, y tener una ínfima parte de sus éxitos. Ya lo dije en su momento.
Este documental hay que verlo, os lo recomiendo encarecidamente. Revela la época anterior a dedicarse a los rallyes, cuando fue campeón de España de squash; sus primeros pinitos en las carreras; su entrenamiento en boxeo. Veremos a Juanjo Lacalle, siempre un placer, y nos sentiremos parte, de nuevo, de aquélla historia de un tiempo en el que no éramos nadie fuera de España, en el mundial de nada. Fue una época preciosa en la que aprendimos a sentirnos bien por los triunfos de un deportista, y aprendimos que aquéllo era muy, muy duro. Fue, de momento, algo irrepetible en rallyes, aunque ya sabemos que Fernando Alonso hizo lo propio en la Fórmula 1.
Este documental gustará a todo el mundo, pero sinceramente creo que tiene un punto especial para todos aquéllos que vivimos la época y la evolución de un país entero que pasaba de estar aislado, deportivamente hablando, a ser una referencia por muchos años. Y todo gracias al trabajo de un fenómeno como Carlos Sainz, un trabajador nato y un piloto lo suficientemente cabezota como para empeñarse en que un gran piloto de rallyes debería ser rápido en cualquier superficie.
Lo fue, y lo es. Disfrutad de estas dos horas de historia con mayúsculas.
Documental | RTVE a la carta
Fotos | Red Bull, Massa22, WRC60