Argentina prometía ser un buen rally para Volkswagen. Un año después de los problemas mecánicos que encendieron las voces de alarma en Wolfsburgo, el equipo todavía liderado por Jost Capito llegaba a Sudamérica con el objetivo de seguir con su racha de victorias (y llevarla por encima de su record de 12 consecutivas) y de permitir a Jari-Matti Latvala ganar por primera vez dos rallyes consecutivos o incluso que Ogier lograra un triunfo que aún se le resiste en su ya abultado palmarés.
La primera jornada, con unas especiales muy rápidas, en las que el paso de los coches no limpiaba demasiado la superficie, permitió que el tricampeón del Mundo se hiciera ilusiones. Tal vez era posible ganar en Argentina a pesar de abrir pista durante los dos primeros días. Negativo. El sábado le devolvió a la realidad al de Gap y puso algo más de pimienta a su ya contraria opinión hacia esta medida tomada por la FIA para tratar de igualar rendimientos sin la necesidad de aplicar ‘lastres’ técnicos sobre los coches tal y como ocurre en el DTM o en el WTCC.
Cada vez que tuvo los micrófonos delante, Seb aprovechó para quejarse del orden de salida, su cara a la llegada a la meta de la Power Stage fue un poema. Era consciente del ritmo que tenía Hayden Paddon y al ver el tiempo marcado por Dani Sordo, mejor incluso que el suyo, fue consciente de que salvo error del neozelandés se le había vuelto a escapar el rally. No quiero quitar el mérito de la victoria de Paddon y Kennard, también me hubiera gustado saber qué hubiera pasado si Latvala hubiera seguido en pista, pero lo cierto es que la victoria de Hayden llega en el momento oportuno, justo en ese punto de la carrera en el que necesitaba la respuesta en forma de resultados a la pregunta de “¿Lo estoy haciendo bien?”. Sí, lo estás haciendo perfectamente.
En el caso de Latvala, hay muchos flecos sueltos. El único flying fin activo en el Mundial de Rallyes está completando un nuevo inicio de temporada para olvidar. Tres de cuatro rallyes con abandono y en el restante una victoria. No es suficiente para un piloto que lleva ya más de una década pilotando World Rally Cars y además sigue ostentando el record de piloto más joven capaz de ganar una prueba. Bien fuera un error o un fallo en la suspensión, lo que está claro es que Jari-Matti no sólo ha acabado moralmente tocado este fin de semana, sino que además tiene claras desavenencias con el equipo, el cual ha ‘culpado’ del accidente a su empleado sin tapujos. La reacción de Latvala no se hizo esperar. El finés dejó bien clara su opinión ante los micrófonos del WRC y volvió a defender su inocencia. Menudo recado que no pasó inadvertido seguro para el que vaya a tomar las riendas de Volkswagen Motorsport…
Latvala y sus declaraciones tras la primera especial del domingo. Ahí lo dejó caer "When the suspensión broken" #WRC pic.twitter.com/puCxkCNhKo
— Iván Fernández (@fernischumi) April 25, 2016
El Hyundai i20 WRC ha demostrado que puede ser competitivo. Argentina siempre ha sido una de las pruebas que según los técnicos no debe ser tenida en cuenta a la hora de valorar el rendimiento de los coches. Sin embargo, con Hayden Paddon y Dani Sordo al volante, ha demostrado ser competitivo tanto en tramo rápido como en zonas lentas. La actuación del cántabro no puede ser despreciada. El de Puente San Miguel realizó un buen rally, sin errores y de no ser por los problemas con el acelerador tal vez podría haber optado por algo más. No se le nota tan cómodo como a Hayden en tierra, pero desde luego el desempeño de Dani en una superficie que no ha sido su fuerte (al menos no tanto como lo es el asfalto) es digno de mención.
Con buenas actuaciones de sus compañeros de equipo, obviamente ha destacado aún más la crisis que está sufriendo Thierry Neuville en estos momentos (más allá del problema con el motor del viernes). Hace poco más de un año, en Suecia, el belga voló y estuvo cerca de darle un nuevo homenaje a Hyundai. Más de doce meses después, Thierry ya no es el mismo. El no tener el coche listo en 2015 para pelear ya en 2016 por el título parece haberle pasado mucha factura a su moral. Sin rumbo, ni objetivos, tal vez el futuro de Neuville y de Latvala debe pasar por un nuevo cambio de aires, algo que les ilusione y les vuelva a inyectar parte de esa energía perdida.
Algo así podemos decir que también necesita el Ford Fiesta RS WRC. Los coches desarrollados por M-Sport no han tenido nunca muy buenas actuaciones en las cordilleras cordobesas, sin embargo, este año, lejos de problemas de fiabilidad, el rendimiento que ha demostrado ha sido muy pobre. Únicamente Ott Tänak le ha dado alguna alegría a Malcolm Wilson (se ha quedado en casa por unos problemas en una de sus piernas) volando por El Cóndor con los neumáticos DMACK. La firma china también cerraba un capitulo este fin de semana, a partir de ahora sus gomas serán construidas en Reino Unido, veremos si notamos cambios en unos productos que últimamente se están mostrando muy competitivos de por sí.
Y cerramos nuestro habitual Control Stop posterior a los rallyes del Mundial hablando de Nicolás Fuchs y su tan ansiada victoria. El WRC2 tiene estas cosas; Elfyn Evans, principal favorito para lograr la victoria se caía en la primera etapa y esto abría el abanico de candidatos tanto que Al Kuwari se colocaba en cabeza tras los problemas con la dirección asistida sufridos por el peruano en su Skoda Fabia R5. Cada prueba en esta categoría da muchas vueltas y por ello terminamos viendo el error del qatarí y a Fuchs descorchando el champán en Villa Carlos Paz. Aunque sin duda han sido dignos de seguir los tiempos de los Maxi Rally 1.6 Turbo, increíblemente rápidos en manos de los locales durante todo el fin de semana. Al menos con algo nos teníamos que entretener en una prueba que contaba con menos de 30 inscritos.