Dicho y hecho. Volkswagen apuntaba a que sus pilotos probarían el coche de 2017 tras el Rally de Argentina y así ha sido. Ayer en el sur de Francia, Sébastien Ogier y Andreas Mikkelsen se ponían al volante del primer prototipo del Polo R WRC con el que el equipo germano disputará la próxima temporada. Sin comunicado oficial respecto a dichos test (ni falta que hace) podemos entrever que estamos ante un coche distinto a la mula de pruebas de 2014 gracias a su nuevo sonido.
La nueva configuración mecánica nos lleva a escuchar unas notas completamente distintas a las que generan los actuales World Rally Cars. En este caso se asemeja mucho más al de los extintos WRC 2.0 Turbo, destacando el sonido del turbo en las retenciones, similar al que realizaban los Subaru Impreza de Prodrive y con un sonido mucho más grave y bronco cuando se acciona el pedal derecho. Sólo hay que compararlo con los últimos test de Dieter Depping hace mes y medio para notar la gran diferencia entre ambos ‘ronroneos’.
En cuanto a la carrocería, ya que me he propuesto no hablar de las antiestéticas branquias de las aletas traseras, es hora de fijarse en algunos detalles de la nueva normativa para 2017. El spoiler trasero de mayor tamaño (se ve en las imágenes frontales sobresalir por los laterales), el difusor que sobresale más respecto a la trasera y faldones lisos como tablas de planchar que ya vimos anteriormente en la mula de pruebas.
De momento, me convence más el sonido que el diseño. Las reacciones son las de un coche con casi 400 CV de potencia y mucho agarre en el eje trasero. Esto le permite empujar en cualquier momento, especialmente en curva lenta, pero siempre sin que haya demasiada insinuación de la trasera.
Foto y Frame | Video2rallye83
