Dan Gurney era el único piloto al que Jim Clark decía temer en pista. No en el mal sentido, claro, sino todo lo contrario. El escocés volador decía sin tapujos que Gurney era enormemente talentoso y sin decirlo, insinuaba que con el coche adecuado, el norteamericano podría haber sido igual de exitoso que él mismo. No se dio el caso y Gurney tuvo coches competitivos en contadas ocasiones, pasando por la Fórmula 1 sin la gloria que quizás mereciera. Sí dejó su huella como constructor, sobre todo en Estados Unidos. Su casco no está entre los más recordados pero tiene una buena historia.
En realidad, el casco de Dan Gurney es de los más simples de la historia del automovilismo, aunque es lógico teniendo en cuenta la época en la que compitió. Debutando en la Fórmula 1 en 1959, su casco era abierto y de color negro, con visera negra. Funcional, simple y daba un cierto contraste con cualquier coche. Esto hacía que en cualquier equipo, el casco quedara bien -un casco rojo podría verse extraño en combinación con ciertos coches-.
Aunque el casco de Gurney era negro, a lo largo de los años hubo cambios menores de tono. De esta forma, el casco que empezó siendo negro en su etapa en Ferrari, BRM y Porsche, adoptó un ligero tono verde en su etapa de Brabham. Más adelante, este tono pasó a ser azul, cuando empezó a correr con sus propios coches, los Eagle. Aún así, el casco mantuvo siempre el color oscuro, prácticamente negro. Y la visera fue prácticamente siempre negra.
A lo largo de su carrera deportiva, el único cambio de diseño que Gurney aplicó a su casco fue una línea blanca en la parte superior, de delante hacia atrás, en su época como piloto de BRM. La línea era relativamente gruesa y bastante visible, lo que combinando con una visera en color blanco cambiaba bastante el aspecto general del casco. Aún así, Gurney no quedó demasiado convencido con el diseño y la falta de buenos resultados durante la temporada selló la decision de volver al simple casco del año anterior.
Pero a pesar de todo, la realidad es que el punto más interesante de Dan Gurney y su casco no es tanto el inexistente diseño -el casco tuvo un solo color con la excepción de 1960- sino el hecho que el estadounidense fue el primer piloto en usar un casco integral en una carrera de Fórmula 1. Fue con motivo del Gran Premio de Alemania de 1968. Bajo un diluvio universal, el casco integral no solo aportó seguridad sino incluso un extra de comodidad al piloto.
Desde entonces, Gurney lo usó en las carreras restantes de la temporada y en sus actividades fuera de la Fórmula 1, en IndyCar, la Can-Am y demás competiciones. Incluso en su breve retorno a la categoría reina en 1970 volvió a pilotar con un casco integral, algo que ya era cada vez más común. Gurney inició así una revolución en el mundo de la equipación de los pilotos de carreras que ha llegado hasta nuestros días, cada vez con más tecnología.
Aunque en la mayoría de casos de padres e hijos pilotos, estos últimos suelen rendir homenaje a sus progenitores con los diseños de sus cascos, no fue así con Alex Gurney. Puesto que el diseño de su padre databa de la década de los 50 y él mismo empezó a competir a principios del nuevo milenio, la diferencia entre ambos era demasiado grande. Por ello, Alex Gurney partió con un diseño propio que nada tenía -ni tiene- que ver con el de su padre.
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