Malcolm in the Middle fue una de esas series de televisión que entretuvo tanto a niños como a mayores y en muchos casos, marcó las mañanas de fin de semana de jovenzuelos españoles que disfrutaban de su descanso escolar con el desparpajo de Malcolm, ese niño superdotado que tantos problemas daba a sus padres con sus gamberros hermanos. Lo que muchos no saben es que Malcolm llegó a ser piloto de carreras… o mejor dicho, lo fue Frankie Muñiz, el actor en el papel del problemático chaval.
Todo empezó en 2004 con una séptima posición en la Toyota Pro/Celebrity Race, una competición que para hacernos una idea, en su llegó día ganó como invitado «famoso» Alfonso Ribeiro -Carlton Banks del Príncipe de Bel Air; también llegó a ser piloto- antes de repetir triunfo, esta vez como profesional, en 2015. Muñiz había entrado en esta competición por diversión y sin ningún tipo de pretensión pero quedó sorprendido con el magnetismo de las carreras.
A pesar de ser su primera experiencia de carreras a bordo de un Toyota Celica básicamente de calle, lo que vivió fue algo especial. Puede que el escenario, el circuito de Long Beach, ayudara. La realidad es que Muñiz quedó enamorado del mundo de las carreras y al año siguiente volvió a Long Beach, esta vez con la intención de probarse. El resultado fue mejor y la tercera posición final le hizo interesarse de verdad en el mundo de las carreras. Inicialmente quería ser el propietario de un equipo pero la cosa no fue como tenía previsto.
Tras un test en el que demostró buenas aptitudes, firmó un contrato de dos temporadas con Jensen Motorsport y a los 20 años se lanzó a por ello. En lugar de aprovechar su posición como personaje conocido y empezar desde un campeonato más conocido, Muñiz decidió tomarse el mundo de las carreras en serio, tal y como debía ser. Empezó en el campeonato americano de la Fórmula BMW, donde compartió pista con Robert Wickens, Simona de Silvestro y Stefano Coletti entre otros. Desafortunadamente, el primer año fue complicado y no sumó ni un solo punto.
Vivida esa primera experiencia de forma bastante decepcionante, Muñiz pudo haberlo dejado ahí pero aún buscó otra posible solución. La Fórmula BMW tenía a muchos pilotos en pista y no siempre era el mejor lugar para aprender el trabajo. Así, para 2007 saltó al Atlantic Championship, una de las categorías inferiores de la escalera hacia la Champ Car, aún con Jensen Motorsport. Los resultados allí fueron algo mejores aunque nada especial. En la división del sudeste de los Estados Unidos fue séptimo con dos podios. En la categoría nacional, vigésimo segundo.
En 2008 firmó con el equipo Pacific Coast Motorsports y se marcó como objetivo estar dentro del top ten regularmente. Solo en tres ocasiones logró dicho hito pero terminó el año en undécima posición y con el premio Jovy Marcelo a la deportividad, con los propios pilotos como jueces. Su mejor resultado había sido un noveno puesto en Road Atlanta, última carrera del año. Aunque los resultados habían mejorado, no estaban aún a la altura de lo que había que esperar de un piloto que buscaba hasta cierto punto dedicarse a esto de las carreras.
Con cada vez más experiencia en los mismos monoplazas y circuitos, Muñiz decidió darse otro año más en la misma categoría. Si las cosas iban bien y obtenía buenos resultados en 2009, su carrera deportiva podía despegar. Para tan decisiva temporada saltó al Team Stargate Worlds como compañero de equipo de Simona de Silvestro. La temporada empezó de forma correcta con un décimo puesto en Sebring pero todo mejoró aún más a partir de Miller. Allí, Muñiz fue cuarto y obtuvo la vuelta rápida de una carrera en la que el español Borja García -competía ese año en la Atlantic- fue descalificado.
Los resultados fueron mucho mejores y tras nueve carreras, había estado siempre entre los diez primeros, mostrando una evolución positiva con una sexta posición en Trois-Rivières. En ese momento ocupaba la octava posición del certamen, unos pocos puntos por detrás de Borja García. Pero desafortunadamente, una lesión de muñeca le dejó sin correr en las tres últimas carreras, lo que le relegó a la novena posición del campeonato. Puesto que Borja García no finalizó el año, no habría sido descabellado ver a Muñiz terminar el año en séptima posición final, lo que habría sido un resultado aceptable.
Tras dicha lesión y con experiencia suficiente como para decidir que las carreras no eran lo suyo, Muñiz dejó el mundo de la alta velocidad y solo volvió en 2011 a la famosa Toyota Pro/Celebrity Race. Evidentemente, la idea de ver a Muñiz en la IndyCar -algo que hizo Simona de Silvestro en 2010 tras finalizar el año en tercera posición- parece descabellada. Aún así, lo cierto es que en su tiempo en las carreras, Muñiz se convirtió en un piloto solvente aunque no fuera extremadamente talentoso. Trató el mundo de la competición con respeto y seriedad -algo que muchos otros famosos no hacen- y cuando se dio cuenta que no era lo suyo, colgó el casco. Pero eso sí, con una sonrisa y grandes recuerdos.