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Max Verstappen en Red Bull es la decisión correcta

A Max Verstappen, algunos lo conocemos desde hace apenas tres años (en mi caso, no llega a tres años, para qué mentir). Fuimos conscientes de la realidad de que un equipo apostase por él a una edad inédita, y fuimos conscientes de que un chaval menor de 18 años podía tener actuaciones de lo más variadas, pero siempre espectaculares. Nos reímos de aquéllo del «nuevo Senna«, y dijimos que había que darle tiempo. Lo que no supimos ver es que ese tiempo necesario sería tan poco. Y tampoco creíamos tanto a Helmut Marko. Pero tenía razón, vaya si la tenía.

El domingo, a Max le vino de cara y como anillo al dedo el suicidio de los dos Mercedes en una situación tan esperpéntica como poco habitual, pero el resto lo bordó él mismo, con una mezcla de buen hacer y de encontrarse en el lugar adecuado en el momento correcto. Porque, sí, Red Bull se cargó cualquier esperanza de Ricciardo para llevarse una carrera que debería haber sido para el australiano, pero cambiaron de dos a tres paradas en medio de la carrera. En palabras de De la Rosa, si cambias de estrategia te pillan con los pantalones abajo. Fue cierto.

Max salió bien, apretó, se mantuvo muy cerca de su compañero todo el tiempo, no falló en ningún momento importante y dedicó las diez últimas vueltas a conservar neumáticos y no fallar: no bloquear el tren delantero, no derrapar en exceso, sacar diferencia a Raikkonen en el sector en que el finlandés era más lento que él… Meter a Verstappen en Red Bull es lo mejor que se podía hacer. Se encontró con la victoria, sí, pero si no se llegan a noquear los Mercedes habría sido tercero, otro récord inigualable.

Una de las razones de peso del acierto es que Red Bull es puro marketing, y con Verstappen tienen un fenómeno inusual al que sacar partido: un chaval muy joven que engancha perfectamente con el público objetivo de la marca, lanzando el mensaje de que la edad no es impedimento para conseguir tus sueños. De libro.

Además, el cambio de escudería le beneficia a él y a pilotos como Carlos Sainz por dos motivos: se quita la presión mediática de Verstappen (que pasa ahora a estar sobre Ricciardo), y Sainz puede destacar, de momento, bastante más en Toro Rosso. Habrá que esperar a las siguientes carreras para verificar esto último. Por añadidura, Carlos «ganó» (no me gustan nada esas «victorias») en 2015 a su compañero en sesiones de clasificación y hay pocas dudas sobre su velocidad a una sola vuelta, y las comparaciones imaginarias no dejaron de sucederse, dando algo más de presencia a los resultados del español.

Por lo demás, la gran verdad sobre todo esto es que no se han equivocado al apostar más fuerte que nunca por un piloto. De toda la estructura Red Bull, tan solo cuatro pilotos al año se suben a los Formula 1. De entre ellos, entre uno y dos no duran, e incluso hay años de «limpieza» total como aquél en que reemplazaron a Buemi y Alguersuari. A Max, tan solo una temporada y cuatro carreras le han bastado para pasar a la escudería buena, y en su primer GP consigue la victoria.

La gran pregunta es, ¿podrá mejorar sus resultados (sorprendentes de por sí) en Mónaco 2015? ¿Es Max Verstappen un candidato a la victoria en Mónaco?

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