Cuando ayer hablábamos de competiciones en los que encaja perfectamente las características técnicas de los sistemas de propulsión eléctricos, sin duda nos dejamos uno en el que ya están en tiempos de otros prototipos de combustión interna: la subida a Pikes Peak. El año pasado, Rhys Millen coronó la icónica montaña del Colorado al volante del DRIVE eO PP03 de 1 MW (1.367 CV), consiguiendo la mejor marca de un eléctrico en la PPIHC y la victoria absoluta con un tiempo de 9 minutos y 7,222 segundos.
Para este año, Rhys Millen volverá a estar sentado en el prototipo eléctrico del equipo letón, el cual además contará con numerosas mejoras, entre las que se encuentra un nuevo sistema de refrigeración para los frenos con el objetivo de frenar un conjunto aún más potente. Ni más ni menos se habla que el DRIVE eO PP03 llegará hasta los 1.600 CV de potencia, todo sea por retener la victoria el año en el que se celebra la edición número 100 de la mítica carrera hacía las nubes.
Romain Dumas es otro de los que no se ha querido perder esta oportunidad, repitiendo tras un año de impasse con su habitual barqueta Norma. No será el único. Rod Millen, padre de Rhys, saldrá con el impresionante Toyota Celica de 850 CV que hizo la subida en 10 minutos y 4,060 segundos en 1994 (sí, os dejo un vídeo para que lo disfrutéis) y además se ha desvelado que habrá un proyecto muy especial: el debut en competición del Tesla Model S a través de un proyecto privado en manos del CEO de la empresa Go Puck que tiene como objetivo bajar el record de la categoría de coches eléctricos de producción. Para ello se ha reducido el peso al máximo posible, confiando en las impresionantes prestaciones del modelo referencia de esta categoría.