Parece un hecho que la próxima temporada Toro Rosso volverá a montar las unidades de potencia Renault. Tras la mejora en cuanto a rendimiento del propulsor galo, la cual ha quedado patente con los buenos resultados acumulados por Red Bull en Montmeló y Mónaco, ya nadie oculta su deseo de que la escudería de Faenza recupere los motores ‘pata negra’ de los del rombo, en lugar de seguir utilizando los antiguos propulsores de Ferrari.
De confirmarse este cambio (recordemos que el equipo no puso ningún suministrador definitivo cuando terminó el plazo dado por la FIA, pero que en Mónaco se dijo que si los utilizarán en 2017 y 2018), James Key, jefe técnico de Toro Rosso, ya ha asegurado que se compartirá más tecnología con Red Bull, tal y como actualmente sucede con ejemplos claros como HAAS F1 Team y Ferrari o el Lego en el que se ha convertido Manor, aunque en estos últimos ejemplos es más una venta que una colaboración.
En el pasado ambos equipos bajo los colores de la firma de las bebidas energéticas ya compartieron elementos como la caja de cambios, sin embargo, ahora se espera que esto pueda ir a más, no sólo con el objetivo de conseguir piezas para un mejor rendimiento, sino que también reducir los costos. Componentes como el sistema de combustible, piezas del circuito hidráulico, el diseño del escape y ciertos elementos electrónicos son susceptibles a dicha colaboración.
Vía | RACER