Texas es siempre un destino hostil para los monoplazas en Estados Unidos. En 2001 la CART tuvo que cancelar su carrera allí porque las altas fuerzas g alteraban la visión de los pilotos y les provocaban mareos, el accidente de Dan Wheldon se produjo en un óvalo de características muy similares lo cual llevó a replantearse esta cita y el gestor del trazado, Eddie Gossage, es un hueso duro de roer. Pues bien, la edición de 2016 supondrá una muesca más en la culata de las famosas pistolas entregadas al ganador allí.
La lluvia alteró totalmente los planes de la IndyCar Series para este fin de semana, debiendo posponer primero la carrera prevista el sábado por la noche al domingo por la mañana y luego teniendo que interrumpirla. La ausencia de fechas libres esta semana al haber entrenamientos privados previstos y la participación de Scott Dixon y Sébastien Bourdais en las 24 Horas de Le Mans con Ford ha empujado a la organización a decidir terminar la carrera dentro de dos meses y medio, el 27 de agosto.
El evento consistirá en una breve sesión de entrenamientos libres a modo de toma de contacto y el reinicio de la prueba sin que los retirados puedan reengancharse a la misma. Entre ellos estarán Conor Daly y Josef Newgarden, protagonistas de un terrible accidente que en principio y afortunadamente no acarreó graves consecuencias físicas para ninguno de los dos, pese a que el segundo de ellos terminó desplomándose al salir de su monoplaza y debió ser trasladado al hospital para tratar lesiones en una mano y su espalda.
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