Si hay una situación que no ha mermado con el transcurrir de la actual temporada ha sido el correr de los rumores sobre el retiro de los pilotos más veteranos de la parrilla. A principio de este año arriesgué mi opinión al respecto porque considero que la dinámica actual los empuja hacia la puerta de salida, al ser infructuosos sus intentos por traer al presente glorias estacionadas en el pasado. El caso particular de Kimi Räikkönen ha destacado en los últimos días porque el finlandés ocupa el lugar más codiciado entre los pilotos curtidos.
Según la prensa del motor, Sergio Pérez, Carlos Sainz Jr. y Valtteri Bottas ya están haciendo fila para sustituir a Ráikkönen, pero el contexto circunstancial de cada caso es diferente y deja abierta la posibilidad de que todo permanezca como está. Solo Valtteri Bottas quedaría libre para negociar sin tener a su actual equipo como intermediario, situación que sí atenta contra las posibilidades de los otros pilotos porque Ferrari el año pasado desistió de su interés por Bottas al enterarse de la cantidad que exigía Williams para dejar sin efecto su contrato.
Cómo pensar que ahora Ferrari sí pagará a Red Bull por Sainz Jr. o a Force India por Pérez. Ninguno ha ganado una carrera, pero sus actuales jefes exigen un buen dinero para conceder la oportunidad de defender a la escudería de Maranello, así que el juego político y económico no está a favor de los pilotos, al contrario cierra los caminos, cuando la realidad indica que Räikkönen cumple con el trabajo encomendado, marcha cuarto en el campeonato y Ferrari escolta a Mercedes entre los constructores.
También lucen interesantes las declaraciones de Maurizio Arrivabene al ser interrogado sobre las supuestas presiones que estarían ejerciendo patrocinadores, Carlos Slim intercediendo por Pérez y el banco Santander por Sainz Jr. El director de Ferrari, según publicó Auto Motor und Sport, manifestó que en la nueva gestión, con Sergio Marchionne al frente, la escudería italiana no concederá un asiento a cambio de dinero, así que en este punto en particular, los rumores carecen de sentido. Si el equipo Ferrari no está dispuesto a pagar, ni tampoco a recibir dinero, para sustituir a Räikkönen entonces el juego estaría trancado por otro rato.
Otmar Szafnauer, director de Force India, y Helmut Marko, asesor de Red Bull, utilizan la misma estrategia aplicada por Williams en el pasado, cuando intentaron negociar a Bottas, lo que permitió a Räikkönen seguir en Ferrari un año más. También, tomando como válidas las palabras de Arrivabene, se podría descartar una subasta por el asiento, otra situación que favorecería la continuidad de Räikkönen. Todo esto debería originar un estallido por alguna parte, incluso no es descartable la opción de requerir a Romain Grosjean, porque la misma Fórmula 1 exige que se abran espacios y oportunidades a las generaciones emergentes.
Que ahora mismo sean Mercedes, Ferrari y Red Bull las únicas escuderías capaces de moverse en la zona delantera de la parrilla dificulta el dinamismo porque cada una de ellas tiene una filosofía distinta a la hora de establecer sus alineaciones de pilotos. En teoría, solo un lugar disponible, que sería el de Räikkönen, a falta de confirmación oficial con respecto a Nico Rosberg, mantiene estreñido el sistema natural del relevo generacional, una de las piedras angulares de todos los deportes de élite. El problema radica en los que deambulan en la incertidumbre, porque la Fórmula 1 no esperará por ellos, ni por los pilotos veteranos que tercamente se aferran a sus recuerdos, ni por los que pasan el tiempo en la fila anhelando una gran oportunidad.
