Swift Engineering -no confundir con Swift Cooper, con Swift Motor Company o… Suzuki Swift- es una empresa que entre otras cosas se ha dedicado a construir monoplazas de carreras que han competido por todo el mundo. Fundada en 1983 como Swift Cars, en 1991 fue adquirida por Hiro Matsushita, piloto de carreras y ejecutivo de Panasonic, lo que trajo consigo el cambio de nombre a la Swift Engineering que conocemos hoy en día. Aunque no han diseñado una enorme cantidad de coches a lo largo de su historia, sí han tenido algunos memorables.
Swift DB1 – Fórmula Ford
Diseñado por David Bruns y construido por Paul White -dos de los fundadores de Swift-, el Swift DB1 revolucionó el mundo de la Fórmula Ford norteamericana en la categoría de 1.600 centímetros cúbicos. El primer piloto fue R. K. Smith, que con el nuevo coche batió a toda una parrilla de los jóvenes talentos. Más de 40 pilotos con ganas de demostrar su velocidad al mundo. Smith lo hizo además tras trompear en carrera y recuperar una desventaja de más de diez segundos.
Pero todo esto tiene una historia aún más interesante y es que Smith era un hombre de negocios que consiguió ese primer éxito en el debut de Swift a sus 44 años, siendo uno de los fundadores de la marca. Así de impresionante había sido la revolución de la Fórmula Ford 1600 en Estados Unidos, causada por un solo fabricante que había dado la vuelta a todo el «mundillo». Desde entonces, Swift empezó a recibir peticiones de varios equipos que querían usar sus monoplazas y estos empezaron a extenderse por todo el país.
El coche tuvo tanto éxito que estuvo prácticamente una década en activo y no fue hasta 1991, cuando su sucesor le reemplazó en la categoría. Y mientras tanto, otros coches como el Swift DB3 -coche de Fórmula Ford 2000- se diseñaron basándose en ese DB1 que había pillado por sorpresa al mundo del automovilismo. Para Swift, había sido una forma fantástica de entrar en las carreras y la demostración de que aún había muchos éxitos por delante, aunque para ello hubiera que esperar a los años 90.
Swift 007.i – CART
Tras la compra de Swift por parte de Matsushita, el objetivo pasó de ser competir en categorías pequeñas a hacerlo en grandes campeonatos como la IndyCar. Swift Engineering construyó un túnel de viento en 1993 y empezó a preparar el que tenía que ser su asalto a las grandes categorías norteamericanas de monoplazas. El coche se completó a tiempo para la temporada de 1997 de la CART, tras un periodo de incertidumbre de normativas a causa de la división entre este certamen y la IRL.
Irónicamente, el Swift 007.i fue el único coche de la temporada 1997 en ser fabricado en Estados Unidos puesto que los rivales de Reynard, Lola y Penske realizaban la construccion de sus coches en el Reino Unido. El debut de Swift en la CART fue espectacular, con Michael Andretti llevándose la victoria y la vuelta rápida en Miami. La tercera posición en la segunda cita del año, en Surfers Paradise en Australia cimentó la opinión de que el equipo Newman-Haas podía ser candidato a todo con el nuevo chasis.
Pero no fue así. A pesar de los esfuerzos de equipo, piloto y constructor, solo llegaron dos podios más en Milwaukee y Detroit mientras que una serie de abandonos impidieron que Andretti pudiera luchar por el título. Al año siguiente, las cosas fueron algo mejor con el 009.c pero Swift no acababa de encontrar el camino para brillar en la CART. Mientras tanto, Newman-Haas perdía la paciencia puesto que su objetivo era inevitablemente el título y con Swift estaba resultando imposible.
Swift 010.c – CART
Empezando con el Swift 009.c, se decidió que Swift Engineering y Haas Automation trabajaran conjuntamente con el equipo para desarrollar el chasis para sus necesidades. De esta forma, a diferencia de los rivales que usaban un chasis que debía adaptarse a varios equipos, Newman-Haas tendría la oportunidad de disponer de un producto mucho más personalizado. En teoría, la idea era buena pero el resultado de 1998 no fue el esperado a pesar de seguir mejorando tras 1997.
Para 1999, el equipo siguió con el mismo proceso y tras un intenso trabajo durante el invierno, llegaron los primeros frutos. Con cinco coches que furon poco a poco disolviéndose a medida que los equipos privados iban perdiendo el interés, llegaron un total de doce podios, dos de ellos las victorias de Michael Andretti en Gateway y Christian Fittipaldi en Road America. Además, esta vez Andretti sí que pudo ser un contendiente por el título hasta mitad de temporada, cuando Juan Pablo Montoya y Dario Franchitti se escaparon.
El equipo Newman-Haas perdió la paciencia con lo que ellos percibían que era una importante falta de rendimiento del chasis. Creían que con alguno de los rivales podrían sacar mejores resultados, por lo que la relación llegó a su fin con la llegada del año 2000. Lo que no sabían era que la nueva asociación con Lola no traería resultados de inmediato aunque terminara con el título de Cristiano da Matta en 2002. En cuanto a Swift, siguió trabajando con categorías pequeñas.
Swift 016.a – Fórmula Atlantic / Atlantic Championship
El Swift 016.a tiene una historia curiosa, al ser un coche que se estrenó en la temporada 2006 y se usa aún en la actualidad. Se trata del modelo elegido por la dirección del campeonato para competir en la Fórmula Atlantic de hace diez años. Y al final, el modelo resultó tan adecuado para el campeonato que ha seguido siendo usado hasta nuestros días aunque en relidad hoy comparte parrilla con su predecesor, el 014.a y con algún Ralt RT41 que aún sobrevive en uso a pesar de tener más de 20 años de historia.
Desde su llegada a las carreras, el Swift 016.a ha usado motores Mazda de cuatro cilindros en línea y 2.300 centímetros cúbicos que entregan unos 300 caballos de potencia. Mientras tanto, los Swift 014.a y el Ralt RT41 usan motores Toyota. La lógica que sigue el campeonato es que los Swift 016.a con motor Mazda son los coches auspiciados por el campeonato de forma oficial y puesto que el patrocinador de este es la marca japonesa, suyos son los motores.
A lo largo de los años, el Swift 016.a ha tenido pilotos más o menos famosos, como Frankie Múñiz, Giacomo Ricci, Simona de Silvestro, Simon Pagenaud o John Randal Hildebrand, además de Borja García o los dos hijos de Nigel Mansell, Leo y Greg. Por lo tanto, una pequeña máquina de carreras que ha sobrevivido al paso del tiempo y que sigue siendo tan popular como siempre. Gracias también al apoyo de Mazda y Cosworth, quienes trabajan en los motores, claro está.
Swift 017.n – Fórmula Nippon / Super Fórmula
Probablemente, el Swift 017.n es el coche más conocido de esta marca. Con un diseño de alerón frontal doble y sin toma de aire superior al estilo de la Fórmula 1, el aspecto de este coche de la Fórmula Nippon es de los más memorables de los últimos años. Un coche que no dejaba indiferente a nadie en cuanto a su estética, fue la imagen del campeonato japonés entre 2009 y 2013, adoptando en este último año el nombre SF13 al ser el primer año de la Super Fórmula. Hasta entonces, el modelo también había sido conocido como FN09.
Las características técnicas del 017.n son bastante interesantes y aseguraban unos tiempos por vuelta al nivel de la GP2. Dentro del coche, de 670kg de peso en total, se encontaba un motor -Toyota o Honda, según el equipo- V8 de 3.400 centímetros cúbicos y unos 600 caballos de potencia. El motor era el mismo que usaban los coches del Super GT, con lo que para las marcas era una forma de aprovechar el diseño y la fabricación de piezas, reduciendo los gastos.
Los coches se usaron con éxito durante cinco años antes de retirarse y dejar paso a los Dallara SF14 en la Super Fórmula. Pero el Swift 017.n parece tener aún algo de vida por delante puesto que el chasis ha sido recientemente elegido como la base para la Formula Thunder 5000, un campeonato con base en Australia y Nueva Zelanda que espera revivir los días de gloria de la Fórmula 5000. Evidentemente, el aspecto final de los coches será distinto pero habrá un uso para unos coches que dieron carreras fantásticas en Japón.
A día de hoy, Swift Engineering sigue operando principalmente en negocios que nada tienen que ver con el mundo de las carreras, destacando en la industria aeroespacial. Allí han llegado incluso a colaborar con la NASA. Pero ocasionalmente, Swift vuelve su cabeza hacia el mundo de las carreras y recupera sus orígenes. Hasta hoy en día, el Swift 016.a sigue en activo y en 2014 mandaron una propuesta de coche de Indy Lights, aunque no resultó la ganadora. En cualquier caso, les queda mucho por delante.
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