Ayer hubo un grupo de feligreses que no tuvo su habitual sermón de los domingos por la mañana. Uno de ellos decía en Twitter una frase que sin duda me dibujó una sonrisa: “mi pastor es más rápido que la mayoría de los pastores del mundo”. Y es que ayer. En la Subida a Pikes Peak estaba presente un año más Layne Schranz, piloto oficial de la empresa GEICO en la mítica carrera hacia las nubes y Pastor de la ‘Church of the Highlands’.
Y se puede decir que ayer estuvo muy cerca de Dios y de tocar el cielo con las manos. Concretamente a más de 4.300 metros de altitud. Y es que este Pastor Asociado de dicha iglesia en Alabama (se trata de un grupo de cristianos no denominados), participó durante el pasado fin de semana con su Chevolet SS 2016 (es un incondicional de dicha marca estadounidense) dentro de la categoría Open y sin duda lo bordó.
Con un alerón sobredimensionado montado en esta especie de Stock Car (en el pasado no llevaba dicho apoyo aerodinámico) Schranz fue capaz de bajar de los 10 minutos por primera vez en su ya larga tradición compitiendo en Pikes Peak. ¿De dónde le viene esta pasión a este paso de la iglesia de lo Highlands desde 2011? Pues de su padre, piloto también de circuitos en la década de los 80 y habitual también de la montaña de Colorado con su espectacular Shelby Cobra.
Puede estar orgulloso de que su hijo haya seguido sus pasos y que ahora una de sus nietas vaya por el mismo camino. En el caso de Layne, ya le ha superado claramente en Pikes Peak y ha sumado una impresionante victoria dentro los Open, con el añadido de que sólo fue superado por los grandes de las categorías Unlimited y Eléctricos Modificados (los Dumas, Millen, Tajima y Yamano). Sin duda, el pastor más rápido del planeta se quitó la espinita que le quedó tras tener que abandonar en 2015 por problemas de motor.