Con el Gran Premio de Austria llega uno de los circuitos carismáticos de la temporada, al menos por su entorno y en parte por su trazado. Será por la nostalgia, pero a mí me gusta esta pista corta con esos sectores tan singulares y con sus subidas y bajadas. Nada que ver con el antiguo Österreichring, salvo algunos pequeños tramos compartidos, el anteriormente conocido como A1-Ring es hoy propiedad de Red Bull, y prueba de ello es ese gigantesco toro de la casa que lo preside.
La historia reciente de este circuito, es decir, las temporadas 2014 y 2015, nos han deparado pocas sorpresas con un dominio aplastante de Mercedes. Dos victorias de Nico Rosberg que además fueron doblete para las flechas plateadas. En 2014 el dominio Mercedes se extendió a los dos Williams, que terminaron tercero y cuarto la carrera por delante de un Fernando Alonso todavía en Ferrari. Como nota a tener en cuenta, el poleman de aquél año fue Felipe Massa, seguido de Bottas y Rosberg.
Para 2015, las cosas cambiaron poco, y por detrás de los dos Mercedes terminaron Felipe Massa, Sebastian Vettel (ya en Ferrari) y Valtteri Bottas. Así que ya sabemos más o menos a quienes les fue bien en el pasado… La previsión para este Gran Premio nos augura lluvias con probabilidad intermedia, pero de momento no se han cumplido demasiado. Aquí podéis ver todos los artículos que dedicamos el año pasado a este Gran Premio de Austria.
Las claves del circuito
Es un circuito muy corto (4,326 km) con nueve curvas, por tanto es de vital importancia ser lo más preciso y rápido posible en cada una de ellas, puesto que además las rectas no son excesivamente largas, quitando la principal, y además los puntos de frenada son difíciles de juzgar, pudiendo dar lugar a errores por parte de los pilotos si se dan situaciones de carrera tensas. Por otro lado los dos primeros sectores son bastante rápidos, y por contra el tercer sector es lento y selectivo, la parte más técnica del circuito. Es de vital importancia la velocidad de salida de la última curva del circuito para aprovechar al máximo la recta de meta.
Por lo demás el asfalto es poco abrasivo y la degradación de los neumáticos se espera que sea más leve que en otras pistas (por eso se traen los neumáticos más blandos de todos, que ya sabemos que son durísimos, por otro lado).