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Cristiano da Matta y el cambio de dorsal prematuro

En el mundo de las carreras, el dorsal número 1 está reservado para campeones. En realidad, dependiendo del campeonato, ese codiciado dorsal puede ser para el piloto campeón del año anterior o para el primer piloto del equipo campeón del año anterior. De esta forma, en la GP2 y GP3 vemos el dorsal número 1 para pilotos que no se han llevado el título -lógico, en estas categorías el campeón no puede seguir compitiendo-. Cristiano da Matta desafió los convencionalismos en la CART durante el año de su título, en 2002.

El piloto brasileño llegó a la CART en 1999 tras haber pasado por la Fórmula 3000 en Europa en 1996 y haber vuelto a América en 1997. En su segundo año en la Indy Lights consiguió llevarse el título y eso le valió el pasaporte a la máxima categoría en Estados Unidos. Su primer año fue complicado, con apenas tres resultados en los puntos. A pesar de todo, en su segundo año obtuvo ya su primer triunfo. Fue en el circuito de Chicagoand, como piloto de PPI Motorsports.

Para la temporada 2001, había convencido lo suficiente como para fichar por Newman-Haas y en 2001 demostró que tenía talento suficiente para estar arriba. Una victoria en su debut con el equipo hacía presagiar grandes cosas y aunque el año «solo» fue suficiente para ser quinto en la general, las dos últimas carreras del año vivieron victorias de un piloto que se estaba preparando para ir a por el título. Para él, 2002 tenía que ser algo especial… y lo fue, a muchos niveles.

El año comenzó con un Da Matta que con el Lola-Toyota con el dorsal número 6 se impuso en Monterrey en la primera carrera del año. Tras unas carreras con resultados algo mediocres, llegó el golpe al campeonato con victorias en Laguna Seca, Portland, Chicagoland y Toronto. Cuatro triunfos seguidos que daban una idea de lo que podía hacer el nuevo líder del certamen. La velocidad del brasileño era indiscutible, marcando pole position tras pole position, aunque en varias ocasiones el resultado fue un decepcionante abandono.

En la segunda mitad de año llegó por fin la regularidad, con seis podios en las últimas ocho carreras, incluyendo dos triunfos más. El último fue en Miami. La séptima victoria del año que además selló el campeonato. Cristiano da Matta era el nuevo campeón de la CART. Pero para entonces ya había llegado Toyota. Sabiendo del talento de «su» piloto en Estados Unidos y conociendo su historia en Europa, el equipo Toyota de Fórmula 1 sondeó a Da Matta, esperando que pudiera hacer algo parecido a lo que hizo Juan Pablo Montoya con Williams.

Aunque la idea era ambiciosa, el piloto estaba listo para el desafío y confiaba en el equipo -desafortunadamente, Toyota no llegó a estar nunca a la altura-. Solo había un pequeño problema que preocupaba a Cristiano da Matta… el dorsal. Había ganado el título pero si se iba a la Fórmula 1, no llegaría a utilizar el número 1 en su coche a pesar de habérselo ganado. Afortunadamente para él, las cosas iban a salirle bastante bien en este sentido, con una reacción excelente por parte de la dirección del campeonato.

Por todos es sabido que en Estados Unidos, las normativas son a veces algo más flexibles pero el tema de los dorsales habría parecido insalvable. Por casualidades de la vida, en 2002 no había ningún piloto con el dorsal número 1. Esto abría la puerta a un cambio sin precedentes desde que se instauró el sistema de números que daba el dorsal número 1 al campeón; se podía plantear que Da Matta lo utilizara en las últimas tres carreras bajo la justificación de que ya era el campeón.

Evidentemente, para la CART, darle el dorsal número 1 a Da Matta cuando en realidad este correspondía a Gil de Ferran era también una cuestión política. Otro de los brasileños ilustres -aunque en realidad nació en París- en el mundo de las carreras americanas se había ido a la IRL en 2002, por lo que dejar que Da Matta usara el número 1 era una forma de reivindicar su propio campeón. Aún si la petición venía por estar en 2003 lejos del campeonato, en la Fórmula 1.

El anuncio del fichaje de Da Matta por Toyota se hizo después de la penúltima carrera del año y en la cita final en Ciudad de México consiguió una correcta segunda posición con la que despedirse del dorsal número 1 y del campeonato. Su marcha a la Fórmula 1 trajo menos éxitos de los esperados, pero por lo menos pudo celebrar su mayor éxito con el ansiado número 1 en su coche. ¡Qué tiempos, aquellos en los que los pilotos querían lucirlo en su coche! Hoy por hoy, tenemos a pilotos como Lewis Hamilton, que es campeón pero mantiene su conocido 44…

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