Tras varias carreras en las que los españoles han tenido buenas actuaciones en las sesiones clasificatorias -algunas con más suerte, otas con menos-, en Austria la fortuna les ha dado la espalda. Ni Carlos Sainz ni Fernando Alonso han llegado a la Q3, con problemas técnicos para uno y fallos organizativos junto con la presencia de la lluvia afectando el trabajo del otro. En el día de mañana, Alonso y Sainz saldrán décimocuarto y décimoquinto respectivamente.
En un principio y tras los problemas en la tercera sesión de entrenamientos libres, no estaba claro que Carlos Sainz pudiera salir en la sesión clasificatoria. En Toro Rosso se trabajó duro y Carlos Sainz estuvo en pista nada más comenzar la Q1. Tras una primera parte de usada para recuperar sensaciones, marcó su vuelta a pocos minutos para el final, justo antes de que Daniil Kvyat sufriera su accidente. Cuando parecía que lo tenía todo hecho, el madrileño sufrió una rotura de motor a pesar de haberse metido en la Q2.
Puesto que además de Sainz, Sergio Pérez tampoco pudo salir en la segunda parte de sesión clasificatoria por su rotura de suspensión, el español saldrá décimoquinto por haber marcado un tiempo más rápido que el mexicano en la Q1. Por su parte, Fernando Alonso estaba metido en una lucha feroz por un puesto en la codiciada Q3. La diferencia entre los seis o siete últimos pilotos que tenían opciones de entrar en la parte final estaban muy parejos.
Desafortunadamente, la lluvia frenó a un Fernando Alonso que tenía posibilidades de meterse en la parte decisiva. El asturiano se mostró crítico con su equipo -a estas alturas no nos sorprendemos- por haberle montado neumáticos usados durante la Q2. McLaren no está en una posición tan adelantada como para poder permitirse ciertos errores como este. Al final, un sábado emocionante se cierra con decepción para los dos pilotos españoles, que mañana buscarán remontar.
