Tengo una ligera sensación de déjà vu. En el Gran Premio de España los pilotos de Mercedes se tocaron en la primera vuelta, en Austria lo hicieron en la última. Pero se ha vuelto a ver que hay bandos bien diferenciados y cómo los comisarios prefieren no inmiscuirse en exceso. Sólo así se explica la rapidez con la que Niki Lauda se lanzó en ambas ocasiones contra Lewis Hamilton. Pero bueno, los comisarios determinaron que la culpa en esta ocasión fue de Nico Rosberg.
El alemán recibió diez segundos de sanción por el toque con Hamilton, que en realidad no afectan a su cuarta posición final en carrera. A ello se suma una reprimenda y dos puntos de sanción en su superlicencia por haber seguido como si nada pese a los evidentes daños que arrastraba su Mercedes W07 después de la colisión con su compañero de equipo.
Horas antes Nico Rosberg dijo que la culpa había que echársela a Hamilton porque no se imaginaba que fuera a girar (¡!) y Lauda intentó repartir culpas entre sus pilotos de forma un poco inexplicable y equiparando el toque inicial con la reincorporación a pista del británico… Quien lo entienda, que lo explique. Una cosa es que desde el punto de vista del equipo te moleste que tus pilotos se metan morro cuando van camino del doblete y otra muy distinta posicionarte sistemáticamente a favor de uno de ellos. Aunque pasen las vacaciones juntos en Ibiza.
Una vez más quien tuvo que poner algo de cordura fue Toto Wolff, subrayando los problemas de frenos que arrastraba Rosberg al mismo tiempo que reconocía la poca inteligencia de defenderse tan fuerte cuando no estás en condiciones de apurar tanto. En todo caso la amenaza de las órdenes de equipo vuelve a sobrevolar el box de Mercedes.
Foto | Daimler