Para que Nico Rosberg supere en esta temporada a Lewis Hamilton necesitará algo más que sus deseos. El inglés, tres veces campeón mundial, está a 11 puntos del alemán, cuando la ventaja llegó a ser de 43 unidades. Observar a Hamilton en modo cazador, desde el inicio del calendario, es una situación que no favorece a Rosberg porque el actual monarca de la categoría exhibe gran fortaleza mental y una autoestima estratosférica, así que no flaqueará ante la presión. Hamilton ha superado difíciles pruebas en su camino a la cima y está enfrentando otra más; algo que le agrada porque va rumbo a ser una leyenda y él también está convencido de ello.
En este desafío, el enfoque personal de cada quien será el factor decisivo, más allá de la planificación de la escudería Mercedes. Hamilton inició el campeonato con muchos problemas, pero ya es firme candidato al título, contexto al que se acostumbró desde su debut en la temporada 2007. Inclusive, los castigos por cambiar elementos en su unidad de potencia no deberían representar mayor trauma porque su Mercedes W07 exhibe un nivel competitivo indiscutible. Para el actual Lewis Hamilton, cada tropiezo y adversidad son oportunidades para exteriorizar su evolución como piloto.
Los abucheos, las críticas hacia su vida privada, las teorías de conspiración y otras tantas manifestaciones negativas, no afectarán a Hamilton porque ya ha lidiado contra todo eso desde su más temprana juventud y aun así logró ascender, establecerse en la Fórmula 1 y saborear la gloria. Siempre ha hecho lo que ha querido y no lo que digan los demás que debería hacer, razón por la cual el camino elegido para su desarrollo resultó tan exitoso. Por algo acumula 47 victorias y 54 poles, eso no ha sido de ayer a hoy y aunque los melindrosos otorguen preponderancia al coche por sobre el piloto, cuando se habla de victorias y de títulos, basta con recordar que Hamilton alcanzó su primer campeonato en su segunda temporada, y eso fue hace ocho años atrás, así que el tiempo solo está confirmando lo que se entreveía.
¿Qué Mercedes favorecerá a Rosberg por ser alemán? ¿Qué se aplicarán órdenes de equipo y perjudicarán las estrategias de Hamilton? Vamos por partes. Lewis Hamilton recibe unos 46 millones de dólares por temporada y su contrato expira en 2018, así que no le veo sentido a tales hipótesis y más cuando Rosberg dejó pasar a Hamilton en Mónaco; el inglés era visiblemente más rápido, en un circuito complicado y con el asfalto mojado. Entonces, cómo piensan intimidar o sacar de concentración a Hamilton sin comprometer el prestigio de una marca como Mercedes. La tarea de Rosberg será intentar disminuir la confianza de Hamilton para ver si comete errores, pero la dificultad radica en que Hamilton se hace más fuerte a medida que sube la cuesta, tal como lo hizo recientemente, en la temporada 2014, cuando descontó a Rosberg una desventaja de 29 puntos en la lucha por el título.
Criticar a Hamilton por lo que expone en sus redes sociales, tildándolo de escandaloso o de mal ejemplo, creo que tampoco afectará su confianza. Lo que proyecta no es diferente a lo que otros deportistas suelen mostrar a sus fanáticos para hacerlos sentir parte de sus vidas. Además, ninguna otra actividad como la música, la farándula, los viajes y las fiestas; han mermado sus instintos de piloto campeón. Ni siquiera las cuatro victorias consecutivas de Rosberg al iniciar la temporada le afectaron, así que su debilidad habrá que buscarla en otro sentido.
Pero está difícil porque Hamilton es consciente que nació para romper esquemas, así lo ha hecho desde que inició su camino por el automovilismo y luego desde que irrumpió en la Fórmula 1. En menos de diez temporadas ya se ubica tercero entre los pilotos con más victorias, solo superado por Michael Schumacher y Alain Prost. En cuanto a títulos, de alcanzar su cuarto, estaría igualando a Alain Prost y a Sebastian Vettel; por detrás de Juan Manuel Fangio y de Michael Schumacher. Por su parte, Nico Rosberg acumula 19 triunfos y ostenta el rango de piloto con más victorias sin alcanzar el título. El contraste no es sencillo de digerir porque a la hora de definir, la costumbre de ganar suele prevalecer.
Aunque marche segundo en la clasificación, Hamilton tiene ventaja porque ha creado una imagen única de sí mismo, la de un inadaptado que derrumbó los tradicionales parámetros que distinguían a pilotos y escuderías. Lo políticamente correcto no es su prioridad, eso se advirtió en McLaren y se reafirma en Mercedes. Hamilton está en lo más alto de la Fórmula 1 y no muestra síntomas de decadencia, sino al contrario, parece que los grandes desafíos incrementan a un nivel superlativo sus destrezas. A falta de doce fechas para completar el calendario, estoy convencido que Lewis Hamilton estará por encima de Nico Rosberg cuando finalice el Gran Premio de Abu Dhabi.