Isuzu, los reyes del diesel en Japón. Una marca conocida por sus camionetas y vehículos de trabajo más que nada. Pero en un lugar donde las marcas más populares son Toyota, Honda y Nissan, era imposible que Isuzu escapara por completo al mundo de la competición. Isuzu llegó incluso a diseñar y fabricar un motor V12 de Fórmula 1 en 1991 así que aunque la mayor parte de sus actividades en las carreras queda en el pasado, tienen una historia que recordar.
Isuzu R7 – Sport-Prototipo
Los años 60 y 70 fueron una auténtica locura para el automovilismo japonés. Tras haber descubrido las maravillas de las carreras de coche y con su pasión técnica, los nipones se volcaron de lleno en un mundo que estaba en pleno crecimiento. En una época en la que incluso Mitsubishi fabricaba monoplazas de carreras, prácticamente no había marca en el archipiélago japonés que no fabricara algún coche de carreras. El Isuzu R7 fue el primero de los coches de carreras de la marca.
A pesar de disponer de la suficiente capacidad técnica como para encargarse tanto del chasis como del motor, para su primera incursión en el mundo de las carreras, Isuzu decidió montar en el R7 un motor Chevrolet V8 -fue la primera de las asociaciones entre la marca japonesa y General Motors que culminaría en 1972-. En realidad, el motivo de usar un «Chevy» en su máquina de competición llegó tras haber visto los buenos resultados que Nissan había obtenido con la misma idea -chasis propio y motor prestado-.
Los resultados del R7 no fueron espectaculares aunque se mantuvo en activo en carreras de varias distancias en Fuji a lo largo de las temporadas de 1969 y 1971, con alguna aparición esporádica en 1972. Jamás se subió al podio siendo su mejor resultado un cuarto puesto en las 300 millas de Fuji de 1971 con Tachio Yonemura al volante. Ese día, el Isuzu R7 batió a coches de competición con buen pedigree como varios Porsche 906 y 910, además de algunas unidades de varios modelos de McLaren. Tras 1972, dejó de aparecer por los circuitos.
Isuzu Bellett R6 – Sport-Prototipo
El Isuzu Bellett R6 sorprende por ser una auténtica belleza diseñada y fabricada por una marca que no suele prodigarse demasiado por los circuitos. Concebido de forma paralela al R7, el Bellett R6 tomaba esta vez sí un motor propio aunque en Isuzu no se veían con capacidades para fabricar un V8 a la altura de Chevrolet u otras marcas con más experiencia. Por ello, se decidió tomar una medida económica e inteligente al tomar el motor del Bellett GT-R.
Si bien es cierto que el motor, un cuatro cilindros en línea de 1.600 centímetros cúbicos, no era especialmente potente, sí se podía decir que era compacto y ligero. Esos son dos elementos que las marcas siempre buscan en sus diseños para poder encontrar la mejor aerodinámica y reducir el peso del vehículo y es evidente nada más echarle un ojo al Bellett R6 que se consiguen los dos objetivos con un aspecto muy refinado y 630kg de peso. El Bellett R6 debutó en el Gran Premio de Japón de 1969 -aún fuera de la Fórmula 1- y sus resultados fueron pobres.
El problema del coche era su falta de fiabilidad, lo que hizo que abandonara a menudo. A pesar de ello, el coche rendía bien en las sesiones clasificatorias. Su mejor día llegó con la segunda posición en los 500km de Suzuka por detrás de un Porsche 910. También consiguó los dos mejores tiempos en los 1000km de Suzuka de ese mismo año aunque por desgracia, los dos coches se rompieron durante la carrera y no pudieron ver la bandera de cuadros. Llegó a existir una versión «Spider» que compitió hasta 1972.
Isuzu PF60 – Turismo
El Isuzu PF60 puede parecer cualquier cosa excepto un coche de carreras, de entrada. Aún así, tiene el perfil ideal para competir en carreras de turismos y eso es exactamente lo que esta máquina hizo durante la segunda mitad de los años 70 y principios de los 80. El PF60 era en realidad una versión muy concreta del Isuzu Gemini, un coche de calle sin demasiadas pretensiones, como era habitual en la marca. Pero un buen chasis y un motor sólido y eficiente generaron interés en las carreras.
El PF60 equipaba un motor de 4 cilindros en línea y 1.800 centímetros cúbicos de fabricación propia, lo que afortunadamente creaba diferencias más reales entre el Isuzu Gemini y los Opel Kadett y Holden Gemini de las marcas auspiciadas por General Motors. Puede que fuera por la popularidad de este último en Australia y el atractivo precio de su versión japonesa, el PF60 acabó convirtiéndose en un coche relativamente popular en las carreras de turismos en Australia.
Puede que los resultados no fueran especialmente destacados pero el PF60 consiguió tomar parte en carreras en uno de los trazados más legendarios y desafiantes del mundo entero; Bathurst. Allí, los productos de Isuzu también podían probarse en situaciones extremas, de manera que la marca podía usar esa información para sus productos en el futuro. Aunque fuera de forma testimonial y como «meros» participantes, Isuzu forma también parte de la historia de Bathurst.
Isuzu MU-X – Raids
La historia de Isuzu en Oceanía en general y Australia en particular no se terminó en los 80 con Bathurst y tras varios años en carreras de circuitos, la marca japonesa fue poco a poco girando la cabeza hacia el off-road y los raids. El MU-X es la máquina que actualmente compite en varios eventos de la zona como el Australasian Safari -basado en el concepto del Dakar con coches, motos y quads- entre otras competiciones de distintos niveles, aprovechando al diversidad geográfica de Australia.
El coche no ha tenido grandes triunfos -las victorias suelen estar reservadas a los coches japoneses con más experiencia en el mundo de las carreras off-road y a los Holden Rodeo, tan populares en Australia como siempre. A fin de cuentas, es lo que tiene una marca local, que genera un interés importante tanto a nivel comercial como incluso en cuanto a las competiciones. ¿Por qué ganar con un coche extranjero pudiéndolo hacer con uno de local, aunque sea de una marca asociada a General Motors?
El MU-X participó en el Dakar de 2015 dentro de la categoría T2 bajo la bandera de Isuzu Motorsports. Un equipo oficial en el raid más famoso del mundo. Desafortunadamente, la aventura duró apenas dos días puesto que los problemas técnicos dejaron al coche fuera de combate cerca de finalizar la segunda etapa. El problema no era grave pero sin asistencias que pudieran ayudarles a reparar el coche a tiempo no hubo nada que hacer. La aventura había llegado a su fin.
Isuzu D-MAX – Varios
El Isuzu D-MAX es sin ningún lugar a dudas el coche de carreras más inusual de la historia de Isuzu. Previsiblemente, no se trata de un coche de perfil alto ni que compita en grandes campeonatos mundiales. Este modelo que es en efecto una camioneta «pick up» compite en una categoría monomarca en Tailandia, donde cada vez se toman más en serio esto de las carreras aunque aún tengan competiciones de este tipo, tan sorprendentes como curiosas.
Los D-MAX que compiten a lo largo de todo el país lo hacen dentro de lo que se conoce como el grupo «Racing Car Thailand», con carreras de varios tipos de coches que incluyen a los D-MAX con eventos propios. Aunque algunas de estas carreras se realizan en circuitos de menor nivel, también se compite en el circuito de Chang en Buriram, lugar que a lo largo del año también visitan el Super GT y el campeonato del mundo de Superbikes.
En estas carreras, los D-MAX reciben una importante cantidad de modificaciones para reducir un peso que es alto en un principio a través de quitarle todo aquello que es superficial para un coche de carreras, además de buscar mejorar la respuesta del motor. En cualquier caso, el resultado es vistoso por ser carreras de máquinas imponentes y muy poco habituales. Una rareza -una de tantas en el sudeste asiático- en la que Isuzu es cómplice.
Isuzu no ha sido prácticamente nunca una marca centrada en las carreras. A pesar de sus especialmente bonitos coches de competición de finales de los años 60 y del experimento con el motor de Fórmula 1 que llegó a montarse y probarse en un Lotus en 1991 -gracias una vez más a sus lazos a través de General Motors-, el diesel sigue siendo su vida y las carreras, algu muy secundario. Pero aún así, ¡a cualquier marca le gusta dar una imagen deportiva de vez en cuando!
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