Llegamos a la última temporada de los actuales World Rally Car. A partir del próximo enero, todo será una incógnita mayúscula en cuanto al rendimiento de las nuevas monturas, justo cuando ya nos habíamos acostumbrado al comportamiento de cada uno de los coches. Tres años en los que el Volkswagen Polo R WRC ha dominado con mano de hierro ambos campeonatos y en los que se ha puesto de moda estas dos palabras: cuatro décimas.
Esa es la ventaja por kilómetro que el resto de fabricantes ha asegurado que Volskwagen tiene en el bolsillo durante los últimos meses. Tal vez algo menos con el renovado Hyundai i20 WRC, pero muchos se siguen preguntando de dónde sacan estas décimas los pilotos de la firma de Wolfsburgo. Ahora, con la tecnología de los drones podemos comparar a la perfección la trazada del Polo con la de uno de los Ford Fiesta RS WRC oficiales.
Gracias al nuevo acuerdo con la empresa dji, durante las últimas pruebas del Mundial de Rallyes estamos asistiendo a planos que hasta ahora no podíamos ver. En este caso, en Polonia pudimos comparar el comportamiento en curva lenta entre ambos coches, las diferencias en la frenada y especialmente en la trazada. En el caso del Fiesta mucho más larga, más cuadriculada la curva, parando el coche y después volviendo a acelerar, mientras que la curva del Polo es mucho más redonda, confiando todo su potencial en la capacidad de tracción, sin duda, una de las claves de su dominio.
Sin duda unas imágenes que dan aún más valor a la actuación de Ott Tänak (se dice que el compuesto de duro de DMACK no es tal, y su rendimiento es similar al del blando de Michelin). También pudimos ver claras diferencias entre los Fiesta pata negra y los de segundo nivel, los que no cuentan con las últimas evoluciones, como el de Henning Solberg, que según él en Polonia se quedaba únicamente en los 184 km/h de velocidad punta. Es por ello que el noruego ha pedido a la FIA que le permitan competir con un R5 en Finlandia a pesar de aparecer inscrito con un World Rally Car.
