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Coches de competición para recordar: Riley & Scott / Riley Technologies

Puede que hoy en día la gente reconozca la marca Riley Technologies principalmente por su presencia en el campeonato norteamericano IMSA de resistencia, el contrapunto americano del WEC, con carreras en Daytona, Long Beach y otros lugares legendarios del otro lado del Atlántico. Pero hubo una época en la que la marca era conocida por Riley & Scott y competían en otros lugares con prototipos o incluso en la IndyCar, estando entre los últimos chasis en usar motores Oldsmobile -aunque en sus últimas encarnaciones, claro-. Una marca que ha vivido transformaciones pero que ha sabido adaptarse a los tiempos modernos.

Riley & Scott MkIII – Sport-Prototipo

El Riley & Scott MkIII, tercer modelo del constructor norteamericano, da varios detalles que marcan el futuro de la marca en competición. El primero es su principal escenario en carreras; Estados Unidos y sus campeonatos de resistencia. El segundo, la longevidad de uso con una carrera deportiva muy dilatada. El MkIII debía estrenarse en 1994 en una categoría equivalente al mundial de resistencia que iba a usarse ese año en el IMSA. Al final, el coche no debutó hasta 1995 pero sus éxitos más imporantes esperaron a su segundo año en pista.

En 1996 y con motores Oldsmobile se conquistaron las 24 horas de Daytona y el título de pilotos con Wayne Taylor, repitiendo la gesta dual en 1997. En el primero de esos dos años se consiguió incluso ganar también las 12 horas de Sebring. Paralelamente, la marca llevó algunos de sus chasis a las 24 horas de Le Mans pero a pesar de clasificar medianamente bien, los resultados en carrera no acabaron de llegar. Aún así, Cadillac se puso en contacto con Riley & Scott y les pidieron diseñar y fabricar prototipos para ganar en la legendaria prueba… usando el MkIII como base.

No acabó de resultar pero con lo aprendido con el Cadillac Northstar LMP, Riley & Scott desarrolló aún una nueva versión del MkIII que debutó en 2001, ayudando al equipo Dyson a conseguir el título de equipos y a James Weaver el de pilotos. Una unidad del MkIII C aún tomó parte en la última carrera de la American Le Mans Series en 2005, tras varios años con resultados que fueron cayendo poco a poco. Aún así, el aguante de una década de este modelo demuestra la buena base original.

Riley & Scott MkVII – Indy Racing League

Tras varios intentos en la década de los 90 de triunfar en los monoplazas, Riley & Scott llegó al año 2000 con una idea muy clara: el nuevo MkVII tenía que estar a la altura de las circunstancias para seguir compitiendo en la IRL -Indy Racing League-. La realidad fue que el coche empezó bastante bien su andadura en la temporada 2000 de la mano de Buddy Lazier, piloto del equipo Hemelgarn Racing que usaba los flamantes Riley & Scott, esperando ser una alternativa a los Dallara y G-Force.

Lo fue en las primeras dos carreras con Lazier siendo segundo en el Walt Disney World Speedway de Florida y obteniendo una histórica -para la marca- victoria en Phoenix. Era el primer triunfo de Riley & Scott en la IRL y el canto del cisne para una marca que estaba a punto de caer en bancarrota y quedar en venta. Fue el último resultado destacable puesto que en la siguiente carrera en Las Vegas Lazier quedó clasificado en vigésimo segunda posición y en Indianápolis no llegó ni a clasificar el coche.

Lazier consideró que el chasis Dallara funcionaba mucho mejor y decidió cambiarlo desde la gran cita de la temporada, donde fue segundo. Con el chasis italiano «solo» ganó una vez pero sus buenos resultados fueron suficientes como para darle el título del campeonato a final de año. De esta forma, Riley & Scott fue partícipe de un título que completó Dallara. Aunque para aquel entonces, la marca había sido vendida y era ya propiedad de Reynard, antes de la resurrección en forma de Riley Technologies. Evidentemente, eso puso punto final a la historia del MkVII.

Riley MkXI – Grand Am

El Riley MkXI es el primero de los coches de la nueva encarnación de la marca para un campeonato que les ha dado alegrías y una nueva identidad en el nuevo milenio. Con una estética muy particular, los Daytona Prototype de Riley que debutaron en 2003 han marcado el camino de la empresa. Su primer año en competición trajo buenos resultaos pero no fue hasta 2004 cuando se obtuvo el título de la Grand Am con Max Papis y Scott Pruett al volante de su Riley con motor Lexus del equipo Chip Ganassi.

La esperada victoria en las 24 horas de Daytona llegó en 2005 con el Riley-Pontiac de SunTrust Racing que también llegó al título con Max Angelelli y un viejo conocido de la marca como Wayne Taylor. Chip Ganassi repitió victoria para la marca en las 24 horas de Daytona en 2006. Además, Jörg Bergmeister se proclamó campeón al volante de un Riley-Ford, demostrando que casi sin importar el propulsor que equipara este excelente chasis, el resultado era el mismo: la victoria.

Riley siguió con triunfos en las 24 horas de Daytona y el campeonato Grand Am en 2007 y en 2008, siempre con el MkXI y finalmente en 2009 se produjo una situación histórica tanto para Riley como para los aficionados españoles. Con Antonio García al volante un Riley MkXI con motor Porsche triunfó en las 24 horas de Daytona de 2009, siendo la última victoria del modelo en esta histórica carrera, además de la primera y a día de hoy única de un piloto español.

Riley MkXX – Grand Am

El sucesor del MkXI debutó en la temporada 2009 y aunque no pudo imponerse en Daytona, Chip Ganassi demostró que la relación con Riley en los últimos años les había dejado en una posición especialmente potente y volvieron a proclamarse campeones contra los cada vez más competitivos Dallara. Pero a pesar de su evidente evolución para 2010, los coches italianos no pudieron derrotar a los nuevos MkXX que vencieron tanto en Daytona a través del Action Express Racing como en el campeonato con Chip Ganassi.

Como el gran dominador de la época y con unos pilotos -Scott Pruett y Memo Rojas- que se habían pegado auténticos atracones de ganar, en 2011 volvieron a aprovechar el gran rendimiento de la nueva arma de Riley y se llevaron el título una vez más junto a las 24 horas de Daytona en lo que empezaba ya a ser una tradición; ver a los coches de esta marca ser los reyes de la resistencia norteamericana. Por lo menos en lo que a la Grand Am respecta, si bien no competían en la American Le Mans Series.

Con una evolución constante en el campeonato y con Dallara cada vez más cerca, en Riley se vieron obligados a reinventarse y tras 2011, con apenas tres años de experiencia a sus espaldas, los equipos más oficiales retiraron al MkXX puesto que se estaba preparando ya el siguiente modelo. Aún así, los MkXX siguieron compitiendo aún en 2012, llegando incluso a finalizar en tercera posición en las 24 horas de Daytona de ese año. Entre los pilotos, un tal Felipe Nasr…

Riley MkXXVI – Grand Am

En 2012 debutó el siguiente escalón evolutivo de Riley con el espectacular y mucho más pulido MkXXVI que ganó en su debut en las 24 horas de Daytona de 2012, imponiéndose a los compañeros de marca con los coches antiguos y a los rivales de Corvette-Coyote y Dallara. Y aunque esta vez fue por mucho menos, Riley volvió a coronarse como campeona de la Grand Am en el apartado de pilotos. Llevar uno de los coches de este renacido constructor era garantía de éxito.

Pero como todo en la vida, los éxitos acaban llegando a su fin y a pesar del enésimo triunfo de Chip Ganassi en las 24 horas de Daytona, el campeonato lo ganó esta vez uno de los Dallara con Corvette con Max Angelelli y Jordan Taylor siendo los reyes del último año del Grand Am, antes de la reunificación del campeonato de resistencia para 2014. Para ese entonces, Riley se encontraba ya con un coche desfasado frente a los ultra competitivos Corvette DP y no pudo ganar ni en Daytona ni en el campeonato.

Aún así, Riley aún demostró su buen hacer con un triunfo de la mano de Chip Ganassi -claro- en las 24 horas de Daytona del año pasado y aunque en el campeonato fuera imposible plantar cara a los Corvette, la realidad es que la situación muestra la historia del Grand Am de los últimos años con una Riley que se ha hecho un hueco en la historia. Los ya viejos MkXXVI aún compiten en Estados Unidos en el campeonato unificado de resistencia aunque raramente se les ve a la altura de los Corvette. Pero los rivales tiemblan ya al pensar en el siguiente coche que puedan fabricar…

A día de hoy, Riley Technologies se centra en su participación en el campeonato norteamericano de resistencia, conocido comunmente como IMSA por el organismo organizador del mismo. Sus coches compitieron en las 24 horas de Daytona y las 12 horas de Sebring, sin estar a tiempo completo en el campeonato. ¿Puede que sea el momento para otra renovación? Como se suele decir, aquello de «renovarse o morir». Pero a tenor de lo visto en su historia, tienen lo necesario para hacerlo.

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