Ya se ha hablado de que ACO y FIA tienen más o menos bocetada el futuro de la resistencia. En este caso se espera que los LMP1 vayan hacía un futuro aún más verde, pasando de la tecnología híbrida a otros sistemas de propulsión alternativos como la pila de hidrógeno. Audi se ha vuelto a marcar un objetivo, en este caso no descarta el de empezar a investigar en un prototipo de estas características como siguiente paso siempre y cuando este tenga un beneficio también para el automóvil que podemos encontrar en los concesionarios.
Durante las últimas décadas, la firma de Ingolstadt ha sido la pionera en multitud de tecnologías que han revolucionado tanto el sector del automóvil de producción como el de la competición. La tracción Quattro, la inyección directa de gasolina y el primer diésel e hibrido que pudo ganar en Le Mans, la marca de los cuatro aros ha sacado mucho redito publicitario de estos hitos y es por ello que busca dar un paso más.
Si quisiéramos nuestras capacidades en este campo, podríamos hacerlo. Pero lo primero de lo que debemos asegurarnos es de que hay un futuro de para la producción. No queremos mostrar cosas que no conducen a algo en concreto en el automóvil de serie, y en este momento la falta de infraestructura deja esta incertidumbre.
Las palabras de Stefan Knirsch, jefe de desarrollo técnico de Audi no generarían demasiadas esperanzas si en este caso la marca alemana no hubiera mostrado ya serio interés en la tecnología de hidrógeno, tras la presentación en el Salón de Detroit pasado del H-tron. Ahora será el mercado el que marque los tempos y decida cuándo entrará en juego la pila de hidrógeno que ya vimos en Le Sarthe con el Green GT H2.