Este fin de semana se disputa una nueva edición del Masters de Fórmula 3 de Zandvoort, una prueba convertida ya en un clásico del calendario de esta categoría que ha visto a muchos de sus ganadores competir en la Fórmula 1. Pero al final no deja de ser una prueba relativamente moderna creada para formar parte de las cuatro grandes citas de Fórmula 3 junto al Gran Premio de Macao, la Copa Fuji… y el Gran Premio de Mónaco.
A pesar de no existir ya actualmente, el Gran Premio de Mónaco de Fórmula 3 fue durante muchos años la auténtica gran batalla de esta clase a nivel mundial, mucho antes de que Macao irrumpiera en el panorama competitivo con una prueba que ha hecho historia. Para la Fórmula 3, la cita monegasca fue una constante desde 1959, con una primera edición celebrada en 1950 con un ganador tan ilustre como Stirling Moss a bordo de Cooper con motor JAP.
Desde 1959 hasta 1997, Mónaco tuvo cada año una cita reservada para la Fórmula 3. Se trataba una cita en la que el ganador recibía prácticamente los mismos honores que el vencedor en la Fórmula 1 y debía acudir a la cena de gala organizada por el Principe Raniero de Mónaco. En realidad y siendo estrictos, tanto la edición de 1950 como las que siguieron entre 1959 y 1963 no fueron carreras de Fórmula 3, siendo en su lugar competiciones de Fórmula Junior.
Ello se debe a que hasta aquel entonces, no existía una Fórmula 3 como tal, aunque los coches eran en realidad el mismo tipo de máquinas. El primer evento bajo el nombre por el que conocemos a esta categoría hoy en día se dio en 1964, con Jackie Stewart obteniendo una sensacional victoria que le abrió de par en par las puertas a la Fórmula 1 al año siguiente. También fue el inicio de una fructífera colaboración con Ken Tyrrell, jefe de su equipo en Fórmula 3 y con quien acabó ganando sus tres títulos de campeón del mundo.
Pero si la victoria de Stewart es recordada, también deben serlo los pilotos que llegaron después. Peter Revson, Jean-Pierre Beltoise, Henri Pescarolo, Jean-Pierre Jaussaud, Ronnie Peterson… todos los ganadores entre 1964 y 1980 compitieron en algún momento en la Fórmula 1, algunos con más éxito que otros. Destacan por ejemplo además de los pilotos antes mencionados, Jacques Laffite -ganador en 1973- o Alain Prost -se impuso en 1979-. Para muchos de ellos, ganar esta carrera suponía una auténtica entrada a la categoría reina.
A fin de cuentas, la oposición que existía para ganar esta carera era algo destacable y no podía ganar cualquiera, aunque sí es cierto que la fortaleza de la Fórmula 3 en Francia ayudaba a que hubiera algo más de talento galo que de otros países. De hecho y como anécdota, Peter Revson -Estados Unidos- y David Walker -Australia- fueron los únicos pilotos en ganar esta carrera viniendo desde fuera de Europa, siendo todos los demás ganadores pilotos franceses, italianos, alemanes o británicos, contando con las excepciones de Michael May -suizo- y el recordado Ronnie Peterson -sueco-.
Con el tiempo, la llegada del Gran Premio de Macao en los años 80, la subida de popularidad -breve en el tiempo- de la Copa Fuji de Fórmula 3 a finales de la misma década y la creación del Masters de Zandvoort en 1991 dejaron a la prueba de Mónaco en una posición difícil. La Fórmula 3 tenía ya otras competiciones importantes a nivel mundial y la cita monegasca empezó a ser redundante. Los grandes ganadores de los años 70 dejaron paso a pilotos algo menos competitivos en los 80 y aunque la mayoría eran talentosos, muchos no llegaron a la Fórmula 1.
Tras la edición de 1997 en la que se impuso Nick Heidfeld, la Fórmula 3 dejó el Principado para dar paso a la Fórmula 3000, que tuvo una prueba allí entre 1998 y 2004, cuando finalizó la historia del certamen. Al año siguiente, el Gran Premio de Mónaco de Fórmula 3 tuvo su canto del cisne con una última prueba histórica en la que ganó Lewis Hamilton. Fue la última vez que los Fórmula 3 volaron al lado del puerto de la Costa Azul. Desde entonces, la GP2 y la Fórmula Renault 3.5 han competido allí, además de la Fórmula Renault 2.0.
En 2012, la recuperación del Campeonato de Europa de Fórmula 3 estuvo a punto de devolver a la vida la famosa prueba pero finalmente se decidió que logísticamente hablando era mucho más razonable plantear el Gran Premio de Pau. A fin de cuentas, Mónaco contaba ya con un fin de semana repleto de carreras y añadir una más habría sido un problema. Pero ¿quien sabe? Mientras Mónaco y la Fórmula 3 sigan existiendo, seguirá habiendo alguna posibilidad de volver a ver los talentos de esta categoría en el histórico trazado.