Será difícil ver a la pareja francesa en el próximo rally del Mundial, la prueba de casa, el Tour de Corse, pero sin duda pueden estar agradecidos de que no haber salidos peor parados del lance ocurrido el pasado sábado. Aun así, el recuento de lesiones sufridas por Stéphane Lefebvre y Gabin Moreau nos da una buena idea de la gravedad del accidente acontecido durante el transcurso del Rallye de Alemania.
El propio Lefebvre reconoce haber perdido el control del choque a gran velocidad (unos 166 km/h según la telemetría) al intentar cortar en una curva de derechas. Las trazadas dejadas por el resto de pilotos indicaba que el piloto galo, que en esta ocasión competía con un Citroën DS3 WRC privado alquilado a PH Sport, su movimiento había sido demasiado tempranero, algo que le hizo perder el DS3 e irse contra una fila de los temidos hinkelsteins. Estas piedras, que suelen mantener a los panzer alemanes dentro de los límites de las pistas de pruebas militares hicieron el efecto contrario con el utilitario de los dos chevrones, catapultándolo a toda velocidad contra los árboles.
El parte de guerra asusta: Lefebvre tiene un pulmón perforado (con algo de líquido que ha tenido que ser drenado) y una costilla rota, mientras que Moreau se ha llevado la peor parte, con el pie derecho roto, una fractura de tibia y una de mano, una clavícula dañada y una vértebra fisurada. La célula de supervivencia del DS3 WRC aguantó a la perfección, constatando que los sistemas de seguridad de los actuales World Rally Cars funciona e incluso la petición de los nuevos fabricantes para mejorar la protección en la zona de las puertas es tranquilizador cuanto menos.
La dureza del impacto está fuera de toda duda. Prácticamente desde el accidente de François Delecour en el Rally de Australia 2002 no se veía a un WRC perder el bloque motor prácticamente de cuajo. Desde algunos sectores ya se ha pedido que se prescinda del Panzerplatte, argumentando que los hinkelstein son un atentado contra la seguridad de los competidores, sin embargo, hay que ser claros y este accidente podría haber sucedido en cualquier otra prueba de alta velocidad en la que se rueda cerca de los árboles (Finlandia, Polonia, el propio Australia…) y en la que el piloto ha tenido un error de apreciación en una curva rápida. La mejor noticia, que ellos están bien y que las medidas de seguridad (extracción por helicóptero y equipo médico así como la ayuda de Eric Camilli y Benjamin Veillas, primeros en llegar al accidente).