Por muy decente que pueda considerarse el desempeño de Jenson Button en la clasificación para el Gran Premio de Bélgica, la escudería McLaren dejó pasar la oportunidad de confirmar a Stoffel Vandoorne ante los suyos, para, de alguna manera, insinuar que están pensando en 2017. Pero no, la gestión interna de Woking todavía persiste en hacer creer en que su actual proyecto avanzará basado en unos resultados que, más allá de arrojar destellos de optimismo, lucen un tanto desconcertantes pues equipos como Toro Rosso, Force India, Renault y Williams comunicaron que han pausado el programa de esta temporada para concentrar esfuerzos en la próxima.
Jost Capito asumirá formalmente su cargo, como director general, a partir de septiembre y se espera que sea él quien haga pública la alineación de pilotos para 2017. Si a estas alturas, hasta el mismo Jenson Button desconoce cuáles son los planes del equipo, entonces para qué pregonar futuros si el presente consiste en sumar puntos a duras penas. Mercedes, Ferrari y Red Bull ya confirmaron a sus pilotos para la próxima temporada y su actual nivel concede un margen de comodidad para enfrentar con optimismo lo que vendrá. En cambio McLaren, con un presupuesto e infraestructura comparable a las escuderías mencionadas, deshoja la margarita y se mira el ombligo mientras el tiempo atenta en su contra.
Lo que están haciendo con Stoffel Vandoorne envía un mensaje a otros pilotos acerca de la seriedad con la que McLaren asume sus compromisos en estos temas. Para qué ganar el título de la GP2 o recalar en la Súper Fórmula japonesa si a falta de pocos meses para expirar su contrato no tienen idea de lo que harán con él. Por más que se intente vender lo contrario, a McLaren le hace falta juventud y nuevas ideas en el departamento técnico porque lo que se ha visto hasta ahora no es optimista. McLaren es un equipo histórico que posee una de las instalaciones más impresionantes, cuenta con el apoyo total de Honda, invierte más de 450 millones de dólares al año y resulta que esta temporada avanzar a la Q3 es un gran logro, sin mencionar que también obtener puntos.
Ciertamente, el año pasado fue el peor desde su fundación, pero también se debe decir que su gestión pública es de las más cuestionables. No hay otro equipo cuyos responsables hayan prometido tantas cosas y ninguna se haya materializado hasta ahora. Las voces autorizadas del equipo dan a entender una situación y la realidad tiende a reflejar otra. A falta de nueve fechas para finalizar este campeonato, McLaren se ubica en el séptimo lugar entre los constructores, pero por arriba están Toro Rosso, Force India y Williams; y por debajo Haas F1 y Renault; todos enfocados en programas 2017. ¿Alguien en McLaren está pensando en 2017 o llegarán tarde a la cita para así volver a señalar a Honda como culpable de todos los males?
Que no se malinterpreten mis palabras, el noveno lugar alcanzado por Jenson Button en la clasificación tiene su mérito, pero del inglés no se espera mucho más de aquello que alguna vez llegó a ser. Cerrar las puertas al talento joven en la Fórmula 1 se hará cada vez más complicado, sobre todo si Max Verstappen continúa deslumbrando de la forma en que lo hace.