Los pilotos del WRC están teniendo trabajo extra estos días. La cancelación del Rallye de China ha sido un contratiempo para organizadores y equipos, pero también está permitiendo a las formaciones centrarse durante este mes en el desarrollo final de sus nuevos World Rally Cars para la próxima temporada. Además de M-Sport con la mula de pruebas del Ford Fiesta RS WRC 2017 o Hyundai con el modelo actual preparándose para las citas de asfalto (ambos en Cataluña), Citroën Racing se desplazó a San Remo con el objetivo de probar el C3 WRC sobre asfalto sucio.
Y lo cierto es que mete miedo. El ritmo de los nuevos coches está demostrando ser muy superior al de los anteriores WRC, no sólo por lo que se está pudiendo ver en vídeo o por los que han podido asistir in situ a los test, sino que también en declaraciones de los propios pilotos. Algunos como Dani Sordo ya los han calificado de ‘bestia’ tras su primer test al volante del Hyundai i20 WRC17 (justo unos días después de confirmarse su renovación) y por lo que estamos viendo sobre el asfalto italiano con el C3 WRC en manos de Craig Breen y Kris Meeke no parece ser una exageración.
El modelo de la firma de los dos chevrones está poco a poco mudando la primera piel, incluso ya deja al descubierto los pasos de rueda traseros, abiertos por detrás (posiblemente con el reducir peso como principal motivo), el gran difusor, completamente distinto al de Volkswagen o Toyota, e incluso otros elementos que ya hemos podido ver en otros coches como es la entrada de aire para la refrigeración de los frenos traseros (bastante más integrada que la del Polo o del Fiesta) e incluso el escape en posición central, integrado en el parachoques, para no inmiscuirse en el trabajo del difusor.
Más allá de elementos de test como el tubo de Pitot situado en el capot o las cámaras situadas en posiciones estratégicas, en parte para algún vídeo publicitario y también para observar cómo trabajan elementos clave como la suspensión, es hora de fijarse un poco en el comportamiento. Aunque es precipitado sacar conclusiones, sí que podemos ver unos coches mucho más estables en frenada, muy planos, pero después con mucha mejor salida.
En ocasiones, parece que incluso esa mejor tracción y aceleración les da más confianza a los pilotos para tirar el coche y redondear las curvas más lentas en lugar de buscar una trazada más de circuitos. Incluso esa salida parece que pilla un tanto de sorpresa a los pilotos, los cuales alargan las líneas respecto a lo visto con los actuales WRCars, algo que también podemos ver sobre piso mojado. Cómo se echa de menos al San Remo…