Entramos en esa parte de la temporada en la que se define buena parte del próximo año. Se cierran los sponsors, se renuevan los contratos e incluso, para los pilotos privados o independientes, es hora de apalabrar una unidad competitiva para la siguiente campaña. Es el caso de Tom Coronel en el Mundial de Turismos. Actualmente compitiendo con un Chevrolet Cruze TC1 de ROAL Motorsport, el holandés quiere dar un salto cualitativo y es por ello que ya ha mostrado su interés público por hacerse con un Citroën.
Y es que a pesar de que esta sea la última temporada en el WTCC de la firma de los dos chevrones como fabricante, es previsible que el C-Elysée TC1 siga siendo competitivo en 2017. Coronel ha asegurado que la prioridad sería la de seguir corriendo bajo los colores de ROAL (con Roberto Ravaglia a la cabeza) tal y como ha asegurado en declaraciones a Touring Car Times, pero con una unidad del C-Elysée 2016 comprada directamente a Citroën Racing. Con esto parece descartarse por el momento que el equipo galo vaya a vender todas sus unidades a su actual equipo satélite, Sébastien Loeb Racing.
Citroën ha ofrecido sus coches, y los precios que están poniendo no son una locura. Creo que ellos están tratando de hacer una buena oferta. Pensé que nunca podría pagar por un Citroën, pero los precios que se están pidiendo son correctos. Es la mitad del precio que pensé que se pediría.
El futuro del WTCC sigue estando rodeado por el momento de incertidumbre. Además de la salida de Citroën Racing, todavía no está segura la continuidad de Honda, la cual debería adoptar el nuevo modelo del Civic si finalmente recibe el ok desde Japón a continuar con el programa. Además, Volvo debe poco a poco involucrarse más, ahora que el STCC va a cambiar el reglamento técnico al de los TCR, les será más fácil centrarse en ello. Por último, seguimos con la incertidumbre de saber cuál será el fabricante que planea entrar en 2017 y que deslizó hace unas semanas Yvan Muller.