En menos de un mes estaremos ante la que será la tercera temporada del Campeonato de Monoplazas eléctricos por excelencia. A pesar de que hay variedad de opiniones acerca de la competición en sí, no se puede ocultar lo mucho que ha evolucionado durante la última temporada la misma. Sigue teniendo situaciones inexplicables como el fanboost o el espectáculo lamentable que vimos en el ePrix de Londres (a la altura de la NASCAR Camping World Truck Series de hace una semana) pero podemos decir que no son aquellas primeras carreras que vimos en 2014.
Después de hablar de la mejora en cuanto a sensaciones y calidad de la competición también es hora de hablar sobre lo económico. Y es que las series eléctricas comenzaron con un importante boquete económico en las cuentas de los organizadores, no sólo porque todo comienzo supone una fuerte inversión inicial, sino que se anunciaron unas pérdidas de casi 61 millones de euros al final de la temporada 2014-15 según las cifras publicadas por Sports Business Daily.
Algo obviamente normal ya que los responsables de la Fórmula E tuvieron que invertir en la promoción del campeonato, retransmitir las carreteras de forma gratuita, facilitar la entrada en algunos ePrix a los aficionados (se llegó a permitir el acceso sin coste a las gradas), así como el pago por el diseño y el desarrollo de los monoplazas, tren de potencia y baterías (con el agravante de que tuvieron que recurrir a Williams en el último momento después de que Nissan renunciara al puesto). La ayuda de los patrocinadores y unas ganancias cifradas en menos de tres millones de euros maquillaron unos números que ya de por sí son escandalosos.
Vía | Jalopnik