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¿Quién es Lance Stroll y por qué no se parece a Ocon o Verstappen?

La confirmación de la ya previsible retirada de Felipe Massa no ha hecho más que agitar un poquito el baile de asientos del mundial de Formula 1 de cara a la temporada 2017. Sin embargo, el asiento de Williams tiene dueño. Lo tiene desde que en Noviembre de 2015 Claire Williams confirmara la incorporación de Lance Stroll como piloto de desarrollo a su escudería, a pesar de su nula experiencia y su corta edad. La única duda es si el propio piloto decidirá dar el salto a F1 en 2017 o quizás prefiera esperar a 2018.

El de Lance es un caso curioso, de los que hace que te preguntes si él realmente ha querido ser piloto o directamente le sentaron en un kart con 3 años diciéndole que tenía que ser piloto. Uno de esos casos donde te queda la percepción de que los padres tratan de compensar sus sueños no realizados proyectándolos en sus hijos sin siquiera pensar en lo que están haciendo.

Y es que Lawrence no es un cualquiera. El padre de la criatura, el cual ha amasado una fortuna en el mundo de la moda digna de ser apreciada por Forbes, es amante del motorsport y coleccionista de Ferrari. No es un coleccionista más, pues en su garaje se encuentran vehículos tan alucinantes como un F40, un 250GTE o un ultra exclusivo Enzo FXX. Piloto en sus ratos libres, no le importó batir el record de cantidad desembolsada por un vehículo tras pagar 27 millones de dólares por un Ferrari 275GTB de 1967, lo que rápidamente te pone en escena de las barreras a las que puede enfrentarse, y del valor de un cliente así para Ferrari.

De ahí que extrañase menos la pronta incorporación de Lance Stroll a la Ferrari Drivers Academy a la corta edad de 11 años, cuando algunos pilotos no han empezado a competir y otros como mucho están a nivel regional o nacional de Karting. Su incorporación fue anecdótica, más si tenemos en cuenta que hablamos del programa de jóvenes pilotos más infructuoso de cuantos se conocen, pero prácticamente lo dice todo sobre el protagonista.

Lance Stroll es un proyecto, un producto diseñado y dirigido con un fin como en su día lo fueron otros pilotos como Pastor Maldonado. No hablo de calidad ni de capacidad para atraer incidentes, sino en la forma en la que ha sido orquestada su trayectoria deportiva. Su proyección se orquestó en su niñez y desde entonces únicamente se han ido completado los pasos. El mundo de las carreras se nos ha vendido como un lugar en el que tú consigues resultados, destacando de esa forma, y avanzando en campeonatos cada vez más relevantes. Pero siempre está el que ha fijado su destino prácticamente antes de empezar y sabe que a base de dinero llegará donde se lo proponga. Es evidente que el dinero no te da unas mejores manos, pero te posibilita entrenar hasta que parezcas incluso un gran piloto. Y el resto, a base de explotar de forma favorable cualquier laguna o resquicio que te permita el reglamento del campeonato. En 2010 escuché por primera vez la frase “Este piloto llegará a Formula 1 por lo civil o por lo criminal” a la que yo reaccioné agnósticamente pues el protagonista se encontraba disputando Formula BMW, el primer paso tras el Karting, si bien el tiempo le dio la razón a quién la pronunció. Con Lance, es la misma historia.

Solo el propio piloto sabrá la cantidad de test realizados con pequeños vehículos hasta que debutó en competición de formulas en el invierno de 2014. Paralelismo con Max Verstappen, ambos debutaron de la mano, en la Florida Winter Series. Aquí viene muy bien recordar que la FDA estuvo conviviendo durante un mes con el neerlandés, dejándolo escapar, para así reforzar mi argumento de la nula utilidad de este programa de pilotos.

Este evento de pretemporada evidenció cómo es Lance Stroll. Un piloto capaz de hacerte una pole position y de salirse en la primera curva. Inconsistente y desafortunadamente, demasiado agresivo, un piloto al que acabar fuera de carrera no le supone ningún contratiempo.  Ya en el primer evento se llevó un correctivo tras cerrar contra el muro en plena curva ovalada a Max Verstappen, aunque no sirvió en exceso y una maniobra similar le valió tener un accidente con Dennis Van de Laar que acabó en una lesión de muñeca para el canadiense y la salida prematura del evento.

Debido a su edad, el canadiense solo podía optar por disputar Formula 4, decantándose finalmente por el nacional italiano. Para ello, el piloto contrató los servicios de Prema Powerteam, equipo que domina a placer en Formula 3 y considerado uno de los grandes de las formulas de promoción junto a DAMS o ART. Sin limitación de test y con técnicos del nivel de Prema, Lance no tuvo rival. Bueno, lo tuvo, el francés Brandon Maisano, el cual compitió gracias al dinero de Stroll y que convenientemente no fue inscrito en la clasificación absoluta, sino únicamente en el trofeo para mayores de 18 años, por lo que no podía bloquear puntos. Un coaching, o incluso un puching-ball de lujo.

Tras el triunfo, era turno de la Formula 3, evidentemente con Prema. Sin embargo, aquí la competencia era más feroz y con Felix Rosenqvist, Antonio Giovinazzi y Charles Leclerc disputándose el título durante toda la temporada, ni militar en este equipo ni llevar de nuevo consigo a Brandon Maisano era garantía de nada. A pesar de la intensa pretemporada, Lance estaba un paso por detrás de los mencionados y actuaciones como la realizada en Monza, aquél nefasto fin de semana, posiblemente el peor de la Formula 3 moderna, fue quizás una muestra de la actitud del piloto. Tras el accidente provocado en la segunda carrera con Antonio Giovinazzi en la que él mismo casi acaba en el bosque de Monza, fue sancionado para la tercera carrera del fin de semana. Con no muy buena fe, el equipo presentó un recurso a última hora para que la sanción quedara en suspenso y poder partir a carrera desde su posición original en lugar desde el pit lane. Como se preveía, la sanción se ratificó más tarde y el piloto fue excluido de la carrera. Sabían que iba a ocurrir, pero aun así, lo hicieron.

El accidente sufrido en Monza le puso en el punto de mira, y en Spa-Francorchamps los comisarios no perdonaron. Stroll volvió a ignorar el espacio de sus rivales, golpeando a Mikkel Jensen y Felix Rosenqvist en Les Combes, este último su compañero de equipo y máximo favorito al título. Dirección de carrera decidió no permitirle participar en la última carrera del fin de semana, lo que provocó  contundentes reacciones en contra de la sanción, con el responsable de Prema a la cabeza, a quién no sé si se le debería llamar su jefe o su empleado.

Hacia el final de temporada, el rendimiento y la regularidad de Lance Stroll iba progresando  según iban sucediendo distintos test a puerta cerrada. Esto se evidenció no solo con el mayor rendimiento del canadiense, sino en la abusiva posición de Prema, que acabó ganando el campeonato de equipos con 912 puntos por los 532 de Carlin o los 464 de Van Amersfoort. “No podemos hacer nada. Tenemos el mismo motor y la recta nos meten medio segundo.” Confesaba un piloto de un equipo rival.

Las horas de test fueron tan desproporcionadas que los rivales formalizaron una queja a la FIA para plantearse la regulación y limitación de los test, algo que jamás ha ocurrido en Formula 3. “¿Ves aquél motorhome aparcado allí? Es el suyo. Es más grande que los de Formula 1. Llevan aquí dos semanas. Cierran el circuito y hacen lo que quieren. Usan telemetría en tiempo real, que está prohibida en carrera. Tienen tecnología a la que nadie más puede acceder. Así es imposible hacerles frente. Estamos bloqueados confesaba otro piloto tras la celebración de la clasificación en la cita de Portimao, donde Prema dominó ocupando ocho de los nueve podios disponibles.

El cerrar a cal y canto un circuito para entrenar libremente no fue cosa de Portimao, sino una práctica habitual que el piloto realiza desde que comenzó a competir. Historias que cuentan cómo en un Hockenheim con todos los técnicos preparados y calentando el motor se recibió una llamada de última hora diciendo que no, que hoy no le apetecía, corren por el paddock. Historias sin probar pero de las que los interlocutores no se extrañan al escucharlas.

 

La temporada finalizó para Stroll, quien ya había cosechado varios podios, consiguiendo finalmente la victoria en la última cita de la temporada en Hockenheim. Lance acababa el año en quinta posición en la clasificación general, tercero en la de Rookies. Y aunque acabaron las carreras, Stroll tuvo una fuerte actividad. El primero de los acontecimientos reseñables llegó con el diseño de futuras temporadas y la adquisición por parte de Prema Powerteam de uno de los equipos de GP2.

Pese a no existir confirmación oficial, para nadie es casualidad la llegada de un equipo al que se le había requerido su presencia en numerosas ocasiones pero que nunca había mostrado interés justo en este instante, como nadie dudaba de la procedencia del capital necesario para tal compra. Y es que como la mayoría de pilotos que triunfan con Prema, acaban enamorados del equipo, por lo que es de recibo pensar que Stroll confió en ellos incluso para una categoría donde carecían de experiencia.

El segundo de los acontecimientos, citado anteriormente, ocurrió en Noviembre, cuando Lance Stroll dejó a un lado la Ferrari Drivers Academy para unirse a Williams de la mano de Luca Baldisserri, quién había sido hasta la fecha el director de la FDA, cargo que dejó de desempeñar al término del año. Y es que pese a la fidelidad mostrada por papá Stroll con Ferarri, hay cosas que no se pueden comprar, y el asiento de Formula 1 en un equipo como Ferrari, es una de ellas. Los Stroll debieron percibir que poco iban a poder hacer de la mano de la escudería italiana, buscando otros destinos. Quizás una decisión precipitada, pues precisamente Haas si se ajusta enteramente a los requerimientos de un piloto como Stroll, lo que le hubiera permitido seguir ligado a la FDA. Sea como sea, Luca le convenció de saltar a otro equipo, y ya de paso, seguir junto a él.

Pese a que la presencia de Prema en GP2 podría presagiar que Stroll daría el salto a la GP2, el piloto confirmó su continuidad en Formula 3, lo cual no es de extrañar. Las nuevas regulaciones de la FIA habían dejado un campeonato que llegó a presentar el máximo autorizado, 34 vehículos, en dificultad para reunir 20 competidores. Unido a la marcha de pesos pesados del campeonato, hacían de esta F3 un lugar idílico para completar un trámite, conseguir los puntos necesarios para la Super Licencia de Formula 1.

El objetivo se evidenció ya en la primera carrera de la temporada, cuando Nick Cassidy, traído al equipo Prema para cumplir las funciones que hasta mitad de la temporada 2015 había realizado Brandon Maisano, se dejó adelantar deliberadamente para darle así la victoria a Lance. Primera carrera de la temporada, y el equipo más poderoso del paddock comenzaba con órdenes de equipo. Una situación que jamás debería darse en formulas de promoción, pero que sin embargo, ocurrió. Al fin y al cabo, Cassidy sabía a lo que venía.

Lance ha ido cumpliendo el objetivo, aunque una única victoria durante las diez primeras carreras del año hizo dudar de si iba a conseguirlo. Afortunadamente para él, el nivel del campeonato dista mucho del mostrado en pasadas ediciones, y los errores están permitidos. Por supuesto, Lance ha seguido contando con un buen número de test privados, además de contar con Alex Wurz como coaching personal así como la asistencia de personal de Williams F1 durante sus carreras, aunque ello le jugase una mala pasada en Zandvoort, donde el equipo incluyó un nuevo elemento en la suspensión que le valió la exclusión de la clasificación.

Precisamente en esta prueba de Zandvoort, Lance volvió a mostrar sus carencias como piloto. Capaz de ganar una carrera saliendo desde la pole position, fue incapaz de remontar sin meterse en líos saliendo desde la última posición, además de abandonar cuando no todo va de cara. Pese a los contratiempos, la última cita disputada recientemente en Nurburgring le han dado prácticamente el título y los acontecimientos sucedidos durante el fin de semana no han hecho más que evidenciar todo lo anteriormente expuesto. Y es que ver cómo Gunther se olvidaba de cómo pilotar de forma transitoria facilitándole el primer puesto a Lance a pesar de la insultante ventaja del canadiense con sus rivales reales, volvió a rozar lo insultante. Las caras de seriedad en el podio resultaban dantescas, impropias de pilotos que acaban de hacer un doblete y más típicas de situaciones de drama. La enésima de Prema en los tiempos recientes y que no hacían más que ratificar cuál el objetivo máximo del equipo y la sumisión del resto de pilotos.

Esta maniobra que no hace más que cuestionar un sistema de Super licencia por puntos que ha sido polémico desde el primer borrador, y que tras lo visto, debería ser rediseñado pues sus carencias se han visto expuestas a la primera de cambio. Aunque como siempre, no se trata de trabajar lo mejor posible, sino de parecer que se trabaja. Y mientras los ideólogos de esta Super licencia creyeron conveniente que la edad mínima fuese de 18 años, así como tener algún carnet de conducir, no sé sabe muy bien para qué, evitando que se repitiese algo como lo de Max Verstappen, piloto que actualmente está triunfando en Formula 1, miran para otro lado cuando un equipo con cuatro vehículos sin límite de presupuesto de entre diecisiete inscritos trabaja codo con codo desde el primer día para que un piloto en concreto sea campeón. En resumen, una adulteración de la competición y un perjuicio para compañeros y rivales. Con el antiguo sistema, Stroll ya tendría Super licencia tras haber rodado 300 kilómetros con un F1 en cualquier lado, y al menos dejaría de interferir en el transcurso de una competición, centrándose más en mejorar como piloto que en los resultados puros. Con 150 puntos por disputarse, Stroll aventaja a su máximo rival en 149 puntos. El resto, son empleados, por lo que se puede afirmar que tanto el canadiense como el equipo italiano, han conseguido su objetivo.

Lance alcanzará los 18 años el próximo 29 de Octubre, momento en el que cumpliría todos los requisitos para obtener la Super Licencia y aún le daría tiempo para disputar entrenamientos libres en Interlagos o Yas Marina, si es que el piloto lo desea, pues en la relación Williams – Lance Stroll, quién manda es supuesto empleado, y todo será cómo y cuándo él deseé. Desde luego, los rumores de un Williams FW36 rodando a puerta cerrada en Hungaroring dan pie a pensar que él y no otro será el piloto titular en la temporada 2017.

Fotos | FIAF3Europe.com

 

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Sergio Martínez

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