Me considero fan del piloto adicto a las carreras, del piloto que no para un fin de semana quieto. Fan de Bleekemolen, que lo mismo está en el ADAC GT Masters que en IMSA que corriendo las 24H Series, fan de Coronel que te combina el Dakar con los turismos o se va de paseo con un GT4. Fan de los muchos pilotos de factoría, generalmente Audi y BWM que corren tantas carreras como les son posibles. Y de paso, decepcionado cuando un piloto no sabe qué es el STCC o qué vehículo es un LMPC.
Así que no pude evitar esbozar una sonrisa cuando comprobando los resultados de la última cita del VLN, en la que tengo costumbre de repasar la presencia de españoles tras confirmar la enésima victoria de Alex Toril, me encontré con Dani Juncadella. No era de extrañar que la presencia del piloto español no hubiera tenido gran repercusión, y es que no está del todo bien visto que pilotos de fábrica se pongan al volante de otros vehículos, como ocurrió en esta ocasión. Aunque todo tiene su justificación.
La DMSB (Deutscher Motorsport Bund) no permite que pilotos sin experiencia, aunque ostenten la categoría de piloto profesional, compitan en Nordschleife con los vehículos más rápidos, por lo que obliga a los pilotos que quieran por ejemplo, competir en un GT3, a sacarse una licencia, la DPN o (DMSB Permit Nordschleife), la cual tiene dos categorías, A y B. Acceder a la categoría B es sencillo si se cuenta con una licencia internacional de grado superior. Con la categoría B obtenida, puedes pilotar vehículos de prestaciones limitadas (más de 4,5kg/cv) en el ring, siendo obligatoria para conseguir la categoría A.
Y es que la categoría A obliga a un mínimo de tres carreras con un vehículo de categoría B en los últimos 12 meses (el VLN tiene 10 carreras por temporada además de la carrera de clasificación de las 24h y las propias 24h de Nürburgring). Durante este periodo, el piloto debe completar al menos 18 vueltas al circuito en carrera. Por eso no es casualidad que fuese esta última prueba el evento elegido, ya que a diferencia del resto de la temporada donde las carreras duran cuatro horas, ésta duraba seis. Aunque no viene al caso, no está de más recordar que para mantener vigente la categoría A, hay que completar una carrera en los 12 meses anteriores, norma relativamente nueva que casi le juega una mala pasada a Alex Riberas en su última incursión en el infierno verde.
En resumen, la presencia de Dani no era más que la evidencia de que el piloto trata de sacarse la licencia con el fin de completar más carreras en el Ring en el futuro, mirando siempre a la prueba estrella, las 24h de Nürburgring, pero sin descartar el resto de la temporada. Y es que Dani es uno de esos pilotos que pese a estar limitado por los compromisos de la marca que representa, de su apretada agenda y los centenares de eventos de marca a lo largo de año, siempre desea pilotar más, como lo ha demostrado en los últimos años con su presencia en las 24h de Spa Francorchamps o en el GP de Macau, y en un futuro cercano, las 24h de Nürburgring.
Evidentemente es pronto para aventurar la presencia de Juncadella en un evento tan especial. Mismamente el pasado año pudimos ver a Andy Soucek compitiendo a bordo con un Honda Civic con este mismo propósito que finalmente se vino abajo tras la adquisición de los Bentley GT3 de HTP Motorsport por parte de Abt. Pero sin embargo, sí que es sin duda alguna una noticia positiva.
Por si a alguien le pica la curiosidad, Dani compitió con un Porsche Cayman derivado de serie y gestionado por Black Falcon, con los que ya corrió en Spa. Lo hizo enrolado en la categoría V5, la reservada para vehículos con motor atmosférico de hasta tres litros. Solo 113 de los 156 coches que tomaron la salida llegaron a meta, siendo Dani 64º con 36 vueltas completadas, lo que le permitió subir al podio de dicha categoría donde competían seis vehículos.
Dani no podrá correr en la próxima cita, el VLN8, ya que coincide con el DTM en Hungría. Si podrá hacerlo sin embargo en las dos citas cierre de temporada, el 8 y el 22 de Ocutbre.
Foto | Max Bermel