¿Recordáis aquel vídeo que se hizo famoso el año pasado en el que veíamos cómo se las un piloto polaco al volante de un FIAT 126 de rallyes? Mucho os preguntaríais cómo es capaz alguien de llegar a un nivel tal de compenetración con su coche, capaz de conocer sus reacciones en cada momento. Muy sencillo. Se consigue pilotando toda tu vida el que es considerado por muchos como el coche del pueblo polaco, el conocido como ‘Maluch’.
La historia de hoy nos lleva hasta este peculiar país, concretamente a la historia de un niño llamado Bruno el cual mira avergonzado a cámara mientras afirma que tan sólo cuenta con cuatro años y medio de edad. Él no es un chaval normal. No está corriendo tras un balón, montando en bicicleta con ruedines, jugando con la Tablet o al Pokémon GO, o incluso en el caso extremo, haciendo sus primeros pinitos con un kart o mini-moto.
Bruno ya sabe utilizar un cambio de marchas tradicional con pedal de embrague cuando muchos de nosotros nos limitábamos a mirar matriculas o a intentar reconocer cada marca de coches. No deja de ser sorprendente como estos niños prodigio se desenvuelven a la perfección al volante de un coche de más de media tonelada que es capaz de llegar a una velocidad punta por encima de los 60 km/h.
Desde que empecé a escribir hace ya unos años sobre automovilismo, he sido testigo junto a todos vosotros de la historia que narra cómo se forma un piloto de rallyes con Kalle Rovanperä como protagonista. El finlandés, que hace unos años sorprendía con un R2 cuando casi no llegaba a los pedales, está actualmente dominado el campeonato letón y ya conduce con gran soltura el Skoda Fabia S2000/R5, estudiando cuál será su siguiente paso. Bruno ya domina las inercias de ese pequeño 126 adaptado, ¿también lo veremos dentro de unos años compitiendo y ganando y rescataremos este vídeo?
