El primer año de un nuevo gran premio siempre es tan emocionante como difícil pero cuando el estreno lo vives con la primera carrera nocturna de la historia de la Fórmula 1 y con uno de los mayores escándalos de la categoría reina, ambos elementos se disparan. El Gran Premio de Singapur de 2009 llegó poco después de la confirmación de que la carrera del año anterior había sido ganada a través de conspiraciones y de forma antimoral en el mejor de los casos. Se llegaba así a la primera carrera en Singapur tras confirmarse el «Crashgate».
La Fórmula 1 llegaba en un momento de debilidad en cuanto a imagen tras hacerse público lo ocurrido en el Gran Premio de Singapur de 2008, con ING y Mutua Madrileña abandonando el equipo Renault días antes de la cita de 2009. Otros cambios menos polémicos eran los sufridos por el circuito de Marina Bay, con una nueva entrada a boxes y distintos perfiles en algunas curvas con el objetivo de propiciar adelantamientos y mejorar la seguridad del entonces joven circuito. Adicionalmente, varias curvas estrenaban nombres nuevos.
La sesión clasificatoria vio a Lewis Hamilton llevarse una fantástica pole position en un revitalizando McLaren, que poco o nada tenía que ver con el coche que había empezado la temporada. Sebastian Vettel le acompañaba en primera fila de parrilla mientras que trás el alemán se encontraban en segunda fila un inspirado Nico Rosberg con el Williams y Mark Webber con el segundo Red Bull. Fernando Alonso clasificó sexto tras un sorprendente paso a la Q3 pero saldría quinto por una sanción a Rubens Barrichello, que partía noveno siendo el primer Brawn GP en parrilla.
En la salida, Rosberg sorprendió a propios y extraños adelantando a Vettel y lanzándose en persecución de un Hamilton que había estado impecable. También Alonso intentó superar al alemán pero ello le dejó expuesto al ataque de Webber. Ambos pelearon durante algunas curvas hasta que el australiano tomó la delantera saltándose parte de una curva. Dirección de carrera tardó varias vueltas pero declaró el movimiento ilegal y tuvo que devolver la posición al asturiano… con Timo Glock como añadido puesto que había superado al de Renault en el primer giro.
Vettel fue el primer piloto en parar, intentando pasar por delante de un Rosberg que reaccionó parando en la vuelta siguiente. Pero al volver a pista pisó la línea blanca y recibió una sanción en forma de drive through. Poco después un accidente entre Adrian Sutil y Nick Heidfeld -primera carrera sin quedar clasificado desde Estados Unidos 2007- causó la salida del coche de seguridad. La normativa impedía que Rosberg cumpliera su sanción mientras el coche de seguridad estaba en pista por lo que tuvo que hacerlo nada más relanzarse la carrera, haciéndole perder más posiciones de las previstas.
Por delante, Vettel presionaba a Hamilton por la primera posición mientras Glock venía por detrás en su Toyota con buen ritmo. Desde su equipo esperaban que pudiera adelantar al piloto de Red Bull en la segunda ronda de paradas. Vettel estaba forzando el ritmo y al pasar por un arcen algo elevado dañó la parte inferior de su coche, habiendo ya el retrovisor derecho anteriormente… además, resultó que en su segunda parada excedió la velocidad límite en el carril de boxes, ganándose un drive through. Apenas unas vueltas después, Mark Webber abandonó tras trompear con problemas de frenos.
La situación de Webber tuvo réplica en los Toro Rosso, retirándose Sébastien Buemi por problemas en su caja de cambios y Jaime Alguersuari -que había tenido un problema en su parada a boxes con la manguera de repostaje- también por frenos. Tras las últimas paradas, Hamilton se mantenía en cabeza por delante de Glock, Alonso, un velocísimo Vettel y los dos Brawn GP con Button por delante después de haber aprovechado al máximo su tiempo en pista mientras Barrichello paraba. El británico era más rápido que Vettel puesto que este último había aminorado el ritmo, temeroso de sufrir también problemas de frenos.
Quien los desarrolló fue el propio Button, a pesar de llegar a estar a menos de dos segundos de Vettel. De esta forma, las seis primeras posiciones quedaban selladas a falta de un puñado de vueltas para el final. También Heikki Kovalainen, séptimo, rodaba en solitario. Donde sí había lucha era por la octava posición con un Robert Kubica que intentaba defenderse de los ataques de Kazuki Nakajima. Finalmente el punto de honor fue para el polaco. Mientras tanto, los Ferrari estuvieron anónimos con ambos coches fuera de los puntos tras partir desde la duodécima y décimo séptima posición respectivamente.
La victoria había sido para un Lewis Hamilton que no estaba en contención por el título -ese honor era para Button, Barrichello y Vettel en ese orden-, con Timo Glock firmando el que acabaría siendo su último podio -y puntos- en la Fórmula 1 en su última carrera con Toyota. Se lesionó en los entrenamientos clasificatorios del Gran Premio de Japón y no disputó ninguna carrera más. El tercer peldaño del podio fue para Fernando Alonso, que en el mismo lugar de la polémica del «Crashgate» un año antes, dedicó el mejor resultado del año a Flavio Briatore, a quien se le había prohibido el acceso al paddock.
