En el mundo de las carreras, hay algo que los pilotos siempre esperan evitar cuando están luchando por el título. Esto es, finalizar el año empatados a puntos con su rival. Se trata de un resultado que puede traer la mayor decepción imaginable para aquel hombre que en el desempate acaba perdiendo el título. Pero a veces, el destino es amable y concede una doble victoria, como sucedió en la Indy Racing League en 1996, con título compartido entre Scott Sharp y Buzz Calkins.
La temporada de 1996 de la Indy Racing League, conocida más comunmente como IRL, es importante por ser la primera después de la gran división dentro de la IndyCar. El mayor campeonato de monoplazas norteamericano había adquirido un nivel de popularidad que llegaba a rivalizar en ocasiones con el de la Fórmula 1 y el paso a dos campeonatos con menos fuerza era algo que iba a hacer mucho daño aunque por entonces eso era algo que muchos no llegaban ni a intuir.
El cortísimo campeonato de tres rondas comenzó en el Walt Disney World Speedway, circuito que cerró a principios de la temporada pasada. Puesto que la IRL no había tenido tiempo para desmarcarse de la CART a nivel de normativas, se permitía aún el uso de los mismos monoplazas usados en la IndyCar en 1995, con lo que se vieron muchos modelos conocidos, si bien los paquetes aerodinámicos de los óvalos hacían que se vieran algo distintos a lo habitual.
La primera carrera en el Walt Disney World Speedway consiguió atraer a suficientes equipos como para tener a 25 coches en pista en las sesiones clasificatorias y 20 de ellos en carrera. La pole position fue para Buddy Lazier, que se permitió el lujo de firmar un nuevo récord del circuito. El día de la carrera vivió el duelo de dos novatos, con Buzz Calkins y un entonces jovencísimo -y más delgado- Tony Stewart compartiendo la cabeza de carrera. Mientras tanto, veteranos como Eddie Cheever, Arie Luyendyk, Scott Brayton y el propio Lazier fallaron en su intento de destacar.
A tan solo seis vueltas del final, un toque entre Scott Sharp y Eddie Cheever propició un periodo de bandera amarilla que terminó a seis vueltas del final. El duelo entre Stewart y Calkins fue emocionante y se resolvió a favor del segundo por algo menos de nueve décimas de segundo. Mientras tanto, Robbie Buhl era tercero justo por delante de nombres conocidos por la Fórmula 1 como Michele Alboreto y Roberto Guerrero. La temporada había comenzado y lo había hecho con una carrera interesante que había mantenido en vilo al público hasta el último momento.
La segunda carrera fue algo menos emocionante aunque también tuvo alguna sorpresa. Aún así, Luyendyk partió desde la pole position y terminó en primera posición, ayudado en parte por los problemas técnicos de Buhl. La segunda posición fue para Sharp, que había sido undécimo en la primera. Mientras tanto, Calkins finalizaba sexto y llegaba a la última cita del año en las 500 millas de Indianápolis en primera posición. Pero si algo se conoce del «Brickyard», es que siempre hay que esperar sorpresas puesto que 500 millas dan para muchas situaciones inesperadas.
Desafortunadamente, la situación más inesperada de las 500 millas de Indianápolis de 1996 llegó con un accidente en los entrenamientos libres del día siguiente a la última fase clasificatoria en el que Scott Brayton perdió la vida. Había sido el más rápido hasta el momento y tenía la pole position. Fue Danny Ongais, quien le reemplazó en la carrera, pero el hueco que había dejado era imborrable para muchos, además de ser una mancha oscura en la historia de la IRL y su primera temporada. Al final y tras la «retirada» de Brayton, la pole en las 500 millas fue para Tony Stewart.
La victoria llegó de forma sorprendente para un Lazier que se había mostrado competitivo todo el año pero que simplemente no tenía suficientes puntos como para luchar por el campeonato. Segundo era un Davy Jones que competía en su única carrera de la IRL en 1996 y tercero era Richie Hearn, que se quedaba cerca de la cabeza pero que no tenía sufucientes puntos. De esta forma, el duelo por el título se lucharía en la zona media con Calkins y Sharp fuera del top ten, intentando por activa y por pasiva ganar todas las posiciones posibles puesto que un solo punto podía valer el título.
Al final, llegó la sorpresa. Un total de 246 puntos tanto para Scott Sharp como para Buzz Calkins. Empate a puntos. Lo normal habría sido pensar en un desempate y según las normativas tradicionales, darle el título a un Calkins que era el único de los dos «candidatos» en haber ganado una carrera. Pero la IRL no contemplaba la posibilidad de empate a puntos en su normativa. Fiel al papel y sin querer sacarse cláusulas de la manga, los dirigentes del campeonato tomaron una decisión sin precedentes: coronar tanto a Sharp como a Calkins como campeones de la Indy Racing League en 1996. Menudo inicio…