Tras la sesión clasificatoria del día de ayer, todo parecía pintar bien tanto para Fernando Alonso como sobre todo para Carlos Sainz. Pero en el Gran Premio de Singapur, la realidad ha golpeado a ambos pilotos y les ha dejado sin los resultados que su pilotaje merecía. Mientras Alonso acababa con un séptimo puesto aceptable pero por debajo de las expectativas tras una gran salida, Sainz se quedó sin puntos en el mejor escenario para lucirse.
En la salida ya hubo lío con un Carlos Sainz que erró ligeramente en la partida, complicándose aún más la vida al tocarse con Nico Hülkenberg. El golpe terminó con el alemán contra el muro y fuera de carrera, mientras el piloto de Toro Rosso tenía más suerte y podía mantenerse en pista aunque en séptima posición. Posteriormente se descubriría que su coche había sufrido daños, lo que llevó a dirección de carrera a sacar la bandera negra con círculo naranja a Sainz para que parar a boxes para evitar que la pieza suelta pudiera descolgarse.
Por su parte, Fernando Alonso realizó una gran salida, pasando de la novena a la quinta posición en apenas unos metros. El piloto español era incapaz de seguir el ritmo del cuarteto de cabeza pero defendía a capa y espada su quinto puesto ante un Daniil Kvyat con ganas de demostrar su velocidad una vez más. Su lucha duró prácticamente toda la carrera, aunque las manos del asturiano decantaron la balanza a su favor a pesar de ser más competitivo el Toro Rosso que el McLaren -y eso que el coche italiano lleva un motor de 2015-.
Precisamente el motor Ferrari le falló a Sainz, que estuvo buena parte de carrera sin el MGU-K en funcionamiento. Esto hizo que su ritmo estuviera muy por debajo de lo que debería haber sido y de lo visto hasta el sábado. Un fin de semana que había comenzado muy bien para el madrileño se complicó por los daños en su monoplaza primero y por problemas técnicos luego. De esta forma, fue imposible llegar más arriba de un decepcionante décimo cuarto puesto. Perdida una oportunidad de oro en Singapur, es difícil que en alguna de las carreras que faltan vuelva a haber otra igual.
Alonso sí pudo aprovechar todo lo que tuvo a su alcance, con una carrera trabajada y luchada. Durante buena parte de la misma estuvo en quinta posición pero la estrategia de Sebastian Vettel y el ritmo del alemán hicieron que el Ferrari le saltara por encima en su segunda parada a boxes. El sexto puesto habría sido satisfactorio pero a pocas vueltas del final, un Max Verstappen tan acertado en los adelantamientos como menos efectivo en ritmo puro -también le afectó su posición en pista tras una mala salida- consiguió superarle, relegando a Alonso a la séptima posición. El mejor del resto. Y con el McLaren, no se puede hacer más.