En las últimas semanas, las acciones entre Kimi Räikkönen y Max Verstappen han estado acaparando titulares, sobre todo en la semana entre los grandes premios de Bélgica e Italia. Pero si Verstappen llegó a la Fórmula 1 casi sin experiencia, Kimi Räikkönen no fue menos en su día y debutó en la categoría reina con menos experiencia, siendo esta además menos relevante al darse con monoplazas menos veloces. Fue una escalada meteórica desde el anonimato hasta convertirse en la nueva estrella rutilante de la Fórmula 1.
Tras cuatro años en el karting -aunque en realidad entre 1996 y 1997 cumplió los doce meses del servicio militar obligatorio finlandés-, Kimi-Mattias Räikkönen debutó en monoplazas en 1999. En su primer año, disputó cuatro carreras de Fórmula Renault británica, obteniendo un podio. Esa misma primera temporada disputó también el Festival de Fórmula Ford británico, ganando una de las carreras y llegando a la final, en la que tuvo que abandonar.
El resultado en el histórico Festival de Fórmula Ford llegaba tras dos carreras del certamen europeo de Fórmula Ford. Curiosamente, allí compartió pista con el subcampeón Nicolas Kiesa, piloto danés que llegó a estar con Minardi en la Fórmula 1 en 2003, pasando sin pena ni gloria por la categoría reina. Pero siendo esencialmente un desconocido sin experiencia, Räikkönen lo había hecho sorprendentemente bien. Quedaba claro que si había algo no le faltaba al joven finlandés, era precisamente el talento necesario para triunfar.
La temporada 2000 comenzó con el objetivo de establecerse en el mundo de los monoplazas, cosechar buenos resultados y enfocarse para la Fórmula 3 en 2001. Para bien o para mal, el talento del futuro campeón del mundo acabó brillando demasiado para el plan previsto. El primer indicio se vio en la Fórmula Renault 2.0 Winter Series entre 1999 y 2000. Las cuatro carreras del campeonato tuvieron un mismo ganador: Kimi Räikkönen. Su programa previsto sería el de tomar parte en el campeonato británico de Fórmula Renault 2.0, esperando seguir mejorando.
Allí, Räikkönen firmó siete victorias de entre las diez carreras en las que compitió, proclamándose campeón con relativa facilidad. Además, su buen rendimiento en Gran Bretaña le llevó a que el equipo Manor con el que competía confiara en él para disputar dos citas como invitado en el campeonato europeo. Allí Räikkönen impresionó una vez más con dos victorias en las dos carreras que disputó, además de firmar las dos pole position y una vuelta rápida. Los triunfos se habían producido en Donington… y en Spa-Francorchamps, iniciando una relación de amor incuestionable.
Curiosamente, el campeón fue un futuro compañero de equipo suyo: Felipe Massa. Con estos resultados, lo normal habría sido pensar en subir a la Fórmula 3 y a partir de ahí labrar su camino hacia la Fórmula 1. Pero Peter Sauber, impresionado con lo que había visto, le ofreció un test con uno de los monoplazas de su equipo en el circuito de Mugello a finales del año 2000. Si Räikkönen había disfrutado de todo tipo de victorias a lo largo de su corta carrera deportiva, poder probar un coche de Fórmula 1 tenía que ser sin duda su mayor triunfo hasta el momento.
El finlandés impresionó a su futuro jefe de equipo y tras nuevas pruebas en Jerez y en Barcelona, Sauber anunció que Kimi Räikkönen sería su nuevo piloto para la temporada 2001. Tras veintitrés carreras en monoplazas, llegaba a la Fórmula 1 -Max Verstappen disputó cuarenta y siete antes de llegar a la categoría reina-. A Räikkönen no le faltaron críticos y el propio presidente de la FIA, Max Mosley, afirmó que era una irresponsabilidad darle una Superlicencia y al final se decidió otorgarle una licencia provisional para las tres primeras carreras del año.
Su debut se produjo en el Gran Premio de Australia y allí clasificó el coche en décimotercera posición en parrilla. Räikkönen había marcado un tiempo apenas cuatro décimas más lento que su más experimentado compañero de equipo, un Nick Heidfeld que había sido campeón de la Fórmula 3000 en 1999, justo cuando su el finlandés comenzaba a correr en monoplazas. En carrera pilotó con seguridad y se aprovechó de los abandonos de algunos de los pilotos de la zona delantera como Jacques Villeneuve, Ralf Schumacher, Mika Häkkinen y Jarno Trulli. Esto le permitió terminar la carrera séptimo.
Pero casi como si fuera cosa del destino, una sanción de 25 segundos a Olivier Panis permitió que Räikkönen subiera hasta el sexto puesto en su primera carrera de Fórmula 1, sumando su primer punto. Las dos siguientes carreras fueron apenas un trámite y aunque no consiguió acabar ninguna de ellas, recibió la Superlicencia completa. Dice la historia que media hora antes de su debut en Melbourne, estaba durmiendo una siesta, marcando su estilo imperturbable que le valió el apodo «Iceman» desde sus inicios. Y lo demás, como suele decirse, es historia.