El sábado de un gran premio de Fórmula 1 siempre es interesante. Hay movimiento suficiente como para mantener la tensión en el cuerpo pero no tanta hasta el punto de convertirse en estresante. Más intenso que la mayoría de los viernes, acaba siendo un día muy disfrutable… aunque claro, ¿qué día no se disfruta en la Fórmula 1? El tercer día de mi aventura en Sepang empieza una vez más fuera del circuito, habiendo dormido pocas horas, llegando justo a tiempo a la lanzadera que me lleva al circuito y aunque sin estar demasiado estresado, sí que me despierto con la mera actividad. Afortunadamente, el día se levanta con poco calor y eso se agradece.
Es importante apuntar el hecho que ayer, tras acabar el trabajo, me pilló la lluvia. Lo cierto es que venía preparado para ello, teniendo Malasia la fama que tiene en esta zona y en este momento del año. Pero con la poca cantidad de agua que caía, no vi la necesidad de cubrirme. En efecto, ¡en Malasia también puede caer una cantidad moderada de agua del cielo! Aunque pueda parecer estúpido, es una de las sorpresas del fin de semana. De acuerdo, lo digo con un punto de broma pero… hasta ahora nunca había experimentado lluvia moderada en Asia. Así, entro en el paddock de Sepang y lo hago sin demasiado calor
¿Los dos días anteriores había podido ver ya las «atracciones» disponibles para el público pero con el trabajo que había, no les presté demasiada atención en este espacio. Decido hacerlo hoy, ya que la mayoría del tiempo lo paso trabajando y hay menos espacio para las anécdotas y las vivencias personales. Lo lógico es pensar que haya algún circuito de karts al estilo del que se monta en el Circuit de Barcelona-Catalunya, todo temporal y provisional… pero no. Lo que hay en su lugar es un circuito de minimotos, demostrando que aún si la Fórmula 1 es popular por aquí, lo que de verdad gusta son las dos ruedas.
Está también la habitual F1 Game Zone -lugar donde los aficionados pueden jugar al videojuego de Fórmula 1 de Codemasters con volante y pedales- y hasta un bastante generoso espacio Petronas con dos monoplazas de Fórmula 1 de Mercedes en exposición, además de otros coches de calle de la marca de la estrella. También hay un recorrido de seguridad vial para niños, aunque la complacencia de los vigilantes hace que los chiquillos jueguen a carreras la mayor parte del tiempo… si es que podemos llamar carreras a la velocidad que toman estos vehículos eléctricos. Pero una de las cosas que me sorprende más es la presencia de un minigolf. En medio de la zona de recreación entre las dos rectas largas, se monta un minigolf cuyo recorrido tiene la forma del circuito de Sepang.
Otro de los puntos más interesantes es que los coches que llevarán a los pilotos en el desfile pre-carrera del domingo están expuestos para que el público pueda verlos. ¿Queréis saber algunos de los coches del domingo? Sebastian Vettel estará en un Ferrari 348, mientras Kevin Magnussen se montará en un espectacular Corvette de los años 60 de color amarillo. ¡Nada mal! Me río para mis adentros cuando veo a un aficionado de aspecto caucásico tomando una foto del Corvette… y me doy cuenta que lleva una camiseta de Haas. ¿Hago bien en asumir que es estadounidense? Seguramente sí, pero la situación me hace una cierta gracia. Sigo andando y paso de largo de todas las paradas de comida y una gran parada de bebida… esponsorizada por Heineken. Claro.
Tras cruzar un túnel que pasa por debajo de la recta de meta, aparezco en la entrada del paddock y me dirijo a mi lugar de trabajo. Esta mañana toca estar pendiente de la GP2 y la GP3 sobre todo, aunque siempre con un ojo echado a la Copa Porsche asiática y al TCR, donde Pepe Oriola no tiene la suerte que merecería y se tiene que conformar con un resultado decepcionante. En monoplazas, Álex Palou remonta posiciones pero se queda fuera de los puntos. La alegría para los españoles llega de la mano de Sergio Canamasas, aunque tampoco es una alegría muy grande. Un punto conseguido en la última vuelta al subir una posición está bien pero sabe a poco teniendo en cuenta que el catalán es de los pocos que conocía el trazado.
El día pasa volando entre las carreras de soporte y las sesiones de Fórmula 1, culminando con una sesión clasificatoria donde vemos a un Lewis Hamilton espectacular, marcando una vuelta rapidísima que le vale la pole position. Precisamente el piloto británico es el objetivo de cara a la tarde, para escuchar qué tiene que decir. Se le ve confiado aunque como siempre, ambos pilotos de Mercedes son políticos y van con cuidado con lo que dicen. Bueno, en realidad Hamilton lo es menos cuando no gana pero habiendo obtenido la pole position, poco tiene de qué quejarse. Tampoco yo puedo quejarme demasiado hoy, ya que el Internet me respeta gracias a que desde el circuito de Sepang han ampliado los servicios para evitar los problemas de ayer. La realidad es que sigue sin funcionar demasiado bien… pero funciona.
Y el día llega a su fin quizás algo antes de lo esperado y sobre todo, antes que los demás días. Por una vez, no salgo excepcionalmente tarde del circuito. Está bien, mañana es un día largo -¡y tan largo! Tendré que pasar la noche en el aeropuerto- y hay mucho trabajo que hacer. Puede que contado así, sea todo bastante aburrido -igual tendría que inventar algunas historias aquí y allá-, pero la realidad es que a lo largo del día uno no para. Esta vez la lluvia da tregua y podré volver al hotel sin mayores problemas. Y así, todo listo para el gran día. Hay títulos en juego en todas las categorías que compiten así que poco más puedo pedir.
