Muchos seguro que pensabais al leer la crónica sobre lo ocurrido hoy en Estering que estaba exagerando sobre el adelantamiento realizado por Kevin Eriksson para asegurarse la que es su primera victoria en el Mundial de RallyCross al volante de un Supercar. Y es que el salto desde los Lites a la categoría reina no ha sido fácil para el hijo del jefe de Olsbergs MSE, tal vez menos que la presión que conlleva tener de apellido Grönholm, pero sí se ha visto algo falto de resultados a la prometedora joven perla sueca.
Hoy ha espantado absolutamente todos los fantasmas entrando completamente de lado en el embudo que conforma la famosa horquilla de la pista alemana. Los que tenía delante suyo, saliendo desde la primera parrilla, no eran precisamente dos novatos: Petter Solberg (bicampeón del World RX y del WRC) y Mattias Ekström (Campeón de la temporada 2016 y bicampeón del DTM) a los cuales les debe haber dejado con una cara de absoluta incredulidad cuando han visto el Ford Fiesta ST Supercar aparecer derrapando en sus ventanillas laterales.
Nunca es fácil afrontar esa horquilla. Todos los pilotos quieren quedarse con el interior, pero las características de la tierra, la morfología de la curva y la lluvia que suele acompañar a las carreras en esta región del país, hacen que el agarre en el interior sea prácticamente nulo. Aunque no ha sido una maniobra tan brillante (difícilmente habrá una que lo igual, si fuera fútbol se merecería el premio Puskas), al menos en lo que a pilotaje se refiere, también Bakkerud ha demostrado una vez más su capacidad para encontrar huecos donde prácticamente no los hay.
Bonus Clip – La acción vista desde dentro:
Yesterdays start of the start/first corner from my point of view pic.twitter.com/heiR1qs7N1
— Kevin Eriksson (@Erikssonkev) October 17, 2016
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— Kevin Eriksson (@Erikssonkev) October 17, 2016