Prácticamente nadie se tomaba en serio la posibilidad de que Sébastien Ogier pudiera salir el pasado domingo de Salou sin un nuevo título mundial bajo el brazo. A pesar de que ha sido una temporada anómala, con tan sólo cinco victorias de 11 posibles, el francés, junto a Julien Ingrassia han demostrado siempre que han tenido ocasión que siguen siendo la mejor pareja. Todo ello ha quedado patente en que todos esos triunfos han llegado siempre que no ha tenido en contra el hándicap de abrir pista.
En este caso, a pesar de que la primera etapa se planteaba difícil tanto para él, como para Andreas Mikkelsen, la capacidad de reacción y de nuevo el ritmo impuesto durante las dos jornadas sobre asfalto fue inalcanzable incluso para todo un experto sobre esta superficie como es Dani Sordo. A pesar de que Ogier no empezó siendo un piloto sobresaliente sobre el alquitrán, al menos no tanto si lo comparabas con la dichosa referencia que era su tocayo y compatriota, con los años y el trabajo ha logrado ser una de las referencias. Buena muestra de ello es que ha conseguido este año la victorias en todas las pruebas que se han disputado sobre asfalto o alguna de sus variantes esta temporada (Monte-Carlo, Alemania, Tour de Corse y Catalunya), algo que no había logrado en los años anteriores, siendo Alemania su principal talón de Aquiles.
A estas alturas, Ogier sigue presentando mejores números que los de Loeb cuando consiguió su cuarto título. Además de haberlo alcanzado con casi un año menos, el de Volkswagen tiene una victoria más que cuando Seb se coronó en Irlanda 2007, 37 por 36 del de Citroën, sin embargo, le ha pasado seria factura este año de polémicas con el orden de pista y su sequía que se alargó durante seis meses. Loeb sigue siendo mucho más regular que Ogier en cuanto a números, al de Gap posiblemente le pasó factura su irregular inicio con el equipo francés (54 podios por 60 de Loeb y 7 vs 5 abandonos por error propio).
En Catalunya, Ogier tampoco dio opción a más. Quería ser campeón ganando y no estaba dispuesto a dejar nada a la improvisación. Un día de los suyos, el sábado, atacando y recortando al máximo posible para perjudicar a los pilotos que salían detrás y de golpe, más de 17 segundos neutralizados a pesar de la férrea defensa de Sordo. Estoy seguro de que el cántabro y Marc Martí lo dieron todo para mantener la victoria en casa, pero al verse superado a un tramo de terminar la segunda etapa creo que fueron conscientes de que no se podía hacer nada más. Los derrapes en la Superespecial de Salou y las criticadas declaraciones posteriores son más atribuibles a dicha frustración que a otra cosa.
Lo que vimos el domingo ya fue un mero trámite. Hyundai no quería ver a Volkswagen coronarse ya en España, completar la fiesta con la de Ogier e Ingrassia, por lo que se mantuvo un valioso doble podio y la cuarta plaza de Hayden Paddon. Todo ello, sumado al abandono de Andreas Mikkelsen, nos permite ver que los tres pilotos titulares de la marca coreana para la próxima temporada ya acechan al noruego en la lucha por el subcampeonato de pilotos, en el caso de Neuville, incluso ya se encuentra empatado a puntos y a victorias con su vecino de Mónaco.
Y es que ese Mikkelsen que dio varias vueltas de campana en su participación en el Rally de Gales de 2007 no ha cambiado nada y cada vez que sufre un percance lo hace de forma espectacular. Afortunadamente, esta vez también sin lesiones para los propios ocupantes e incluso para el descerebrado aficionado que esperaba a porta gayola para ver cómo se acercaba el toro rojo a su objetivo, y con él, los más de 1.000 kilogramos sin control de acero y fibra de carbono que a buen seguro podrían haber segado su vida de no ser por la aparición divina de la diosa fortuna.
No fue el único que cometió errores. En el caso de Kris Meeke, muchos pequeños hicieron uno grande. El norirlandés está acostumbrado a seguir el eslogan de su padrino, Colin McRae, pero es perfectamente consciente de que para batir a Sébastien Ogier necesita mucho más y que en 2017 no podrá permitirse el lujo de fallar en uno de cada dos rallyes. Obviamente, no fue el rally con el que soñaban en el Abu Dhabi TOTAL WRT, o como todos lo conocemos, el equipo Citroën, sin embargo, todas las esperanzas se centran en 2017 y en la llegada del C3 WRC. La duda estará en saber si realmente el gran rival de Volkswagen son los de los dos chevrones o si estamos mirando en dirección equivocada…
En cuanto al resto, Paddon aprende rápidamente y aquí fue capaz de mantener el ritmo de Neuville en una prueba que ha reconocido el neozelandés que es su favorita entre las pocas que hay de asfalto. Ostberg sacó la caña de pescar para llevarse un impresionante quinto puesto mientras sigue mostrando esa actitud entre pasotismo y seguridad que según él le da tener un asiento para la temporada 2017. Abbring hizo un buen rally, teniendo en cuenta del material que posee, mientras que DMACK tiene mucho por hacer en cuanto a unos compuestos que tal vez sean demasiado blandos.
En el resto de categorías poco que no hayamos dicho hasta el momento. Los españoles dejaron el pabellón alto siempre que pudieron sortear los problemas técnicos. Especialmente convencieron las actuaciones de Nil Solans, Yeray Lemes (que demostró que con la inactividad no se le ha olvidado pilotar), Manuel Mora y su primera salida mundialista y Cohete Suárez, especialmente ya sobre asfalto después de que el viernes una serie de catastróficas desdichas acabara con el Peugeot muy dañado. Lástima que Pepe López no tuviera prácticamente tiempo para demostrar su ritmo y ser comparado con gente con muchos más kilómetros en el Mundial.
En WRC2, el abandono de Suninen por problemas de motor fue un jarro de agua fría, sin embargo, el finlandés puede no haber dicho su última palabra. La penalización de 25 minutos a Frigyes Turan, el cual estaba en el podio del RACC, por unas suspensiones fuera del reglamento (demasiado pesadas) daba la cuarta plaza a Teemu y le da una pequeña esperanza en su carrera hacia el título.
WRC3 por su parte, nuestra apuesta personal, el ‘morbo’ de ver a un sexagenario coronarse de la que puede ser la última vez que veamos un campeonato de esta categoría, se puede quedar sin premio. A Fabre le ha pasado mucha factura la cancelación del Rallye de China (en el que prácticamente se iba a llevar los 25 puntos al ser el único participante) y ahora, Tempestini es el máximo candidato a llevárselo después de que el francés, que está corriendo con el Saintéloc Junior Team (toma qué ironía) sólo haya podido sumar 12 puntos en España.