Corren malos tiempos para los alérgicos al diésel en competición y grandes momentos están por venir para aquellos que disfrutamos viendo a los más diversos trastos en pista. Después de presentaros hace apenas unos días la monomarca que SsangYong ha importado al Reino Unido para la próxima temporada, ahora nos toca hablar de la evolución que los Supercars australianos han decidido poner en marcha en sus populares Utes: lo que veis encabezando el artículo es un SuperUte.
Ute es el diminutivo de ‘utility’, un tipo de coche ligeramente diferente de lo que conocemos como pick ups, típico de Australia y Nueva Zelanda y que tradicionalmente consiste en berlinas o coupés con parte trasera modificada para así cargar con mercancías. Pero alguien tuvo la feliz idea de ponerlos a correr a principios de siglo como teloneros de los V8 Supercars, a imagen y semejanza de los Trucks que componen la tercera categoría nacional de la NASCAR en Estados Unidos.
El problema reside en que ese tipo de coche sólo se vende en Oceanía y la industria automovilística local está de capa caída. Por eso los promotores de los Supercars han decidido remodelar el reglamento técnico, como ya hicieron con el de la categoría reina, para atraer a más fabricantes. Es decir, pasan a correr con auténticas pick ups con el objetivo de atraer a las marcas asiáticas, las grandes reinas del todo terreno en buena parte del mundo, empleando motores turbodiésel derivados de serie. De hecho la base del coche será de serie y estos serán adaptados para la competición empleando piezas suministradas por el propio campeonato.
La primera cita de estos nuevos SuperUtes tendrá lugar en julio de 2017, protagonizando un calendario reducido antes de su esperada consolidación en 2018.